?La palabra es mitad de quien la habla y mitad de quien la escucha?.
Michel de Montaigne
Andrés Manuel López Obrador dijo este domingo a sus simpatizantes reunidos en el Zócalo: ?Les propongo que celebremos aquí el Grito de Independencia. Hay que invitar a más gente?. De esta manera descartó que le vaya a dejar la plaza al presidente Vicente Fox la noche del 15 de septiembre. En el mismo discurso, sin embargo, López Obrador señaló que sí despejará el corredor Reforma-Zócalo para que el Ejército lleve a cabo su tradicional desfile militar de la mañana del 16. Su convocatoria para la Convención Nacional Democrática la hizo para las tres de la tarde del sábado.
Esto fue lo que dijo López Obrador. Pero ¿qué fue lo que no dijo? Para empezar el tabasqueño no afirmó que él personalmente dará el Grito de Independencia, a pesar de que ésta es una interpretación que muchos medios le dieron a sus palabras. Es probable que algún otro miembro de su grupo político sea el encargado de dar el grito. Esto le daría, por lo menos, un perfil menos arrogante y más adecuado a su afirmación de que él representa la esperanza de los grupos más pobres de nuestro país. Tampoco dijo que le impedirá al presidente Fox dar el grito desde el balcón de Palacio Nacional.
López Obrador ofreció también despejar el Zócalo y la ruta tradicional del tradicional desfile militar en la madrugada del 16 de septiembre. A pesar de haber mandado ?al diablo? a las instituciones del Estado mexicano, este domingo matizó y señaló que ?la institución militar no es un órgano de Gobierno. Pertenece al Estado y tiene que defender a todos los mexicanos, al pueblo... No tenemos problemas con la institución militar. Tan no tenemos problemas, que estamos muy conscientes de que la mayoría de la tropa, de los soldados, pertenecen al pueblo?.
En su discurso de este domingo diez de septiembre, López Obrador pidió a sus simpatizantes que se reúnan en el Zócalo el 16 de septiembre, pero a las tres de la tarde, para llevar a cabo la Convención Democrática Nacional.
¿Qué fue lo que no dijo Andrés Manuel? No prometió que ya no se instalaría el plantón nuevamente a partir del 16 en la tarde. Han sido varios de sus subordinados los que han sugerido que el líder no tiene intenciones de volver a bloquear el corredor Reforma-Zócalo. Pero incluso ellos mismos reconocen que ha habido divisiones en el interior del movimiento sobre este tema. Hay militantes que quieren regresar a ocupar esas calles y la plaza en el momento en que termine el desfile militar.
Los moderados entre los seguidores de López Obrador han sostenido que el plantón le ha hecho un daño enorme a su movimiento y al PRD. Mucha gente que votó el dos de julio por la coalición Por el Bien de Todos se ha distanciado como consecuencia del plantón. Las encuestas de opinión señalan claramente el deterioro de la popularidad del PRD y del propio Andrés Manuel. Mantener el bloqueo durante más tiempo puede provocar el enfrentamiento violento que algunos están buscando, pero en una situación en que la gente le dé la razón al Gobierno por utilizar la fuerza pública.
La estrategia futura de López Obrador, dependerá en buena medida de lo que ocurra en la Convención Nacional Democrática. Andrés Manuel se ha acostumbrado a manipular a su antojo las asambleas. Desde el templete propone las cosas de una manera que lleva naturalmente a sus simpatizantes a ?votar? por lo que él quiere. Y después los felicita por su sensatez.
Pero la Convención puede ser más difícil de operar. López Obrador corre un gran riesgo de que la asamblea se le salga de las manos. Para eso debe definir todos los detalles desde un principio: quiénes están, qué preguntas se les van a hacer y qué respuestas se precisa que den. La pregunta más complicada es si la Convención va a nombrar a López Obrador como ?presidente? de México, lo cual me parece poco probable, o si designará más bien a un Gobierno de transición formado por un grupo de ?notables? que obedezca las órdenes de Andrés Manuel.
Muchos dirigentes del PRD y de las organizaciones que apoyan a AMLO son expertos en tomar control o en reventar asambleas. De ahí que López Obrador deba tomar medidas para operar hasta el último detalle. No puede permitir que la Convención se le vaya por un rumbo que no sea el que él mismo desea. Una Convención demasiado moderada, que sea rebasada por los partidos en el Congreso de la Unión, no le serviría de nada en su ánimo revolucionario. Pero una demasiado radical, que tome medidas que obliguen a una confrontación abierta, puede ser también contraproducente.
Nadie en el movimiento va a revelar los planes de aquí al 16 de septiembre por la tarde. Todos buscan proteger sus propios intereses. Pero todos quieren también mantener el liderazgo de López Obrador que tan lejos les ha permitido llegar.
LA CONVENCIÓN
¿Por qué llamar Convención Nacional Democrática a la reunión que está convocando López Obrador para el 16 por la tarde? La Convención, por excelencia, es la asamblea que de 1792 a 1795 gobernó a la Francia revolucionaria. A veces cuerpo legislativo, y a veces ejecutivo colectivo, la Convención creó una serie de comités que rigieron sobre distintos aspectos de la vida nacional. El más notable fue el Comité de Salud Pública, que bajo la dirección de Robespierre, trató de purificar la vida política de Francia mandando a centenas de personas a la guillotina. La Convención llevó al Directorio y éste a su vez a la Dictadura.