?Es muy peligroso escuchar. Si uno escucha, corre el riesgo de que lo convenzan?. Oscar Wilde
En el momento en que escribo esta columna no se ha llevado a cabo la votación en la Comisión de Gobernación del Senado sobre la declaratoria de desaparición de poderes en Oaxaca. Hay un predictamen, redactado por senadores del PRI, que determina que no ?ha lugar? a declarar la desaparición de poderes en el estado. Los senadores priistas dentro de la comisión respaldarán seguramente este predictamen que preserva el actual régimen oaxaqueño.
Los perredistas ya han manifestado su decisión de votar en contra, lo cual obligaría a la redacción de un predictamen distinto. El destino del actual documento depende, así, del voto de los senadores panistas, los cuales, sin embargo, han buscado realizar consultas con la dirigencia de su partido. Mientras se realizan estas consultas, la comisión se ha declarado en sesión permanente pero en receso. Esto permite reanudar la sesión en cualquier momento. Pero no hay, por lo menos hasta el instante de redactar esta columna, información sobre cuándo se reiniciará la sesión de la comisión.
Los senadores panistas se encuentran entre la espada y la pared. No quieren simplemente unirse al PRI y aceptar el predictamen, porque esto impediría que se pudiera destituir al gobernador y con ello eliminar el único obstáculo aparente para el logro de un acuerdo con la APPO y la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que permita la liberación de Oaxaca y el retorno a clases. Digo aparente porque no hay certeza de que los grupos en rebeldía no recurrirán a nuevas exigencias una vez que se les dé la cabeza del gobernador.
Tampoco pueden los panistas simplemente aliarse con el PRD en esta votación y obligar a que se prepare un dictamen que declare la desaparición de poderes en Oaxaca. El PRI es el único aliado que puede tener el PAN en lo que queda de este sexenio y en los próximos años. El PRD le ha declarado la guerra a los panistas y ha prometido que le hará la vida imposible a Felipe Calderón cuando éste asuma la Presidencia de la República. Si el PAN apoya la destitución del gobernador oaxaqueño, volverá difícil, si no imposible, cualquier acuerdo legislativo con el PRI en el futuro. Y ante un PRD intransigente, el PAN se quedaría sin aliados para impulsar sus iniciativas. Pero además, seguramente tendría que enfrentar juicios políticos y declaratorias de desaparición de poderes en los estados que gobierna montados por el PRD y el PRI.
Lo que están buscando los senadores del PAN, en coordinación con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, quien no ha hecho ningún esfuerzo por ocultar su menosprecio por Ulises Ruiz, es la renuncia ?voluntaria? del gobernador. Aparentemente hay un acuerdo entre los panistas y los perredistas para permitir que sea un priista el que siga gobernando Oaxaca, con lo cual piensan que se eliminaría parte o todo el agravio para los priistas de destituir a Ruiz. Pero hasta este momento el gobernador no ha estado dispuesto a colocar su propia cabeza en la bandeja de sus presuntos verdugos y los senadores priistas no han dejado de brindar apoyo a su compañero.
Los senadores del PAN, por otra parte, no están pudiendo tomar su decisión por sí mismos. Tanto el presidente Vicente Fox como el secretario Abascal han expresado en innumerables ocasiones su reticencia a usar la Fuerza pública para liberar Oaxaca y por ello están ejerciendo presión sobre los legisladores de su propio partido. De otra manera, los panistas habrían votado directamente por aprobar el predictamen priista, ya que esto les permitiría mantener la alianza con el PRI que en este momento les resulta tan necesaria. Mientras exista la esperanza de que se destituya o se obligue a la renuncia del gobernador, se evitará un rompimiento total con los grupos radicales que han tomado Oaxaca.
Las opciones se van agotando, sin embargo. El secretario Abascal se ha dado ya cuenta que negociar con la APPO y la Sección 22 es como arar en el mar. Poco importa que se logren acuerdos en la mesa de negociación, como los que tan ampliamente difundió el secretario el pasado nueve de octubre. En esa fecha los líderes de las dos organizaciones acordaron levantar el secuestro de la ciudad de Oaxaca y regresar a clases el 16 de octubre. Pero finalmente no cumplieron con sus promesas.
Y mientras los políticos discuten, Oaxaca sigue sitiada: sin clases en la mayoría de las escuelas, sin turismo, sin actividad económica en el centro de la capital, sin los empleos que habían proporcionado un sustento para miles de oaxaqueños. Sólo que a los políticos esto les importa poco o nada.
COBARDÍA DE SAGARPA
La Secretaría de Agricultura tomó finalmente una decisión cobarde. Ayer dio a conocer que se han negado las peticiones de llevar a cabo experimentos para plantar en nuestro país maíz genéticamente modificado. Éste se emplea ya en muchos lugares del mundo y tiene enormes beneficios, tanto productivos como ecológicos, puesto que reduce de manera muy importante el uso de insecticidas. Los experimentos habrían permitido verificar en el propio territorio nacional las ventajas de este tipo de maíz, pero la Sagarpa ni siquiera nos permite conocer más sobre el tema. ¿Por qué? Porque el rechazo a los transgénicos se basa en miedos que surgen de la ignorancia. Y la Sagarpa se ha aliado a quienes quieren mantenernos sumidos en la ignorancia.