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Jaque Mate| El primer reto

Sergio Sarmiento

?Un reto es un dragón con un regalo en la boca... Doma al dragón y el regalo es tuyo?. Noela Evans

El primer acto público de Felipe Calderón como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos será su toma de protesta el primero de diciembre. La debe llevar a cabo no por que le da la gana sino porque así lo ordena el Artículo 87 de la Constitución. El PRD le ha advertido que no le permitirá tomar protesta. Calderón enfrentará así su primer gran reto como presidente de la República.

Son dos las opciones que tendrá Calderón en su primer día como presidente. Podrá ceder a las amenazas y tratar de hacer su toma de protesta en una sede que no sea el Palacio Legislativo, en algún lugar en que no sea fácil que los legisladores del PRD cumplan su amenaza.

El problema es que este inicio dejaría marcado todo su sexenio. Calderón estaría reconociendo que es un presidente débil a quien el PRD le puede dictar su comportamiento, a quien le puede decir incluso si cumple o no con un ordenamiento de un Artículo de la Constitución.

La otra opción es enfrentar las amenazas y demostrar que es presidente no sólo constitucional sino legítimo -sí legítimo- de México y que por lo tanto no será amedrentado.

Pero esta actitud puede llevar a una confrontación, que puede ser violenta, en la ceremonia de protesta del próximo primero de diciembre.

Ignoro cuál será la decisión que tome Calderón. Algunos políticos, como el coordinador de los senadores del PRI y presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, le han pedido que reflexione y que no tome protesta en el Palacio Legislativo para evitar una confrontación. Aunque seguramente Manlio Fabio no haría esta petición si el nuevo presidente fuera priista.

Pero el Artículo 87 de la Constitución ordena que se lleve a cabo la toma de protesta precisamente ante el Congreso de la Unión. Y si bien es verdad que el Congreso está donde están los legisladores, por lo que sería legalmente posible cambiar la sede de la ceremonia, aun así sería necesario convocar a todos los legisladores, y los perredistas seguramente buscarían cumplir su amenaza en la nueva sede.

La decisión que tome Calderón para este primero de diciembre bien puede marcar el resto del sexenio 2006-2012, como la cancelación del proyecto del aeropuerto de Texcoco ante los machetes de Atenco marcó la Presidencia de Vicente Fox.

En distintas ocasiones Calderón ha señalado que en su mandato aplicará la Ley sin titubeos. Pero en el mundo de la política mexicana una cosa es prometer y otra cumplir. Por eso es tan importante lo que ocurra el próximo primero de diciembre.

A mi juicio, Calderón no tiene más opción que presentarse en el Palacio Legislativo. Si no lo hace, el PRD le habrá tomado la medida. Tendrá que tratar, cuando menos, de tomar protesta en la tribuna, como lo marcan la Ley y la tradición. Si los perredistas se oponen físicamente, los hechos deberán quedar claros para la ciudadanía. De hecho, es muy probable que el PRD pague un costo político importante por una acción de esta naturaleza.

Calderón no dejará de ser presidente porque no pueda tomar protesta en la tribuna. Pero si realmente va a enfrentar todos los retos que se le están presentando, no se puede dar el lujo de comenzar su sexenio con un acto de debilidad.

Los perredistas se han acostumbrado ya a impedir actos presidenciales. Lograron evitar que el presidente Vicente Fox leyera el discurso del informe presidencial del primero de septiembre desde la tribuna del Palacio Legislativo y que diera la ceremonia del Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional, han conseguido también que el presidente Fox cancele el Desfile Deportivo del 20 de Noviembre, fecha en que Andrés Manuel López Obrador supuestamente rendirá protesta como presidente. Si les deja el campo libre en este primer reto, los perredistas sabrán que a Calderón le podrán imponer sus reglas a todo lo largo del sexenio.

Los perredistas están manteniendo la posición de que cualquier intento por impedirles interrumpir la ceremonia será un acto de agresión. Gerardo Fernández Noroña, el vocero del PRD, ha señalado que si se utiliza la fuerza pública para evitar que los legisladores perredistas impidan la ceremonia se estará cometiendo un ?golpe de Estado?. Pero a pesar de que acusan de intolerancia a los panistas, ni éstos ni nadie están haciendo ningún intento por impedir la ceremonia de López Obrador del 20 de noviembre.

La verdad es que no hay opción. Calderón debe asistir al Palacio Legislativo. No puede demostrar miedo. Puede ser rechazado de la tribuna por un acto de violencia. Pero sí realmente quiere ser presidente de México no puede demostrar temor ante quienes quieren imponerle su Ley al país.

EJECUCIONES

Hasta ayer se habían registrado 575 ejecuciones aparentemente vinculadas al narcotráfico en el estado de Michoacán tan sólo en este 2006. Entre los últimos homicidios se cuentan el de un comandante de la Policía Judicial, un agente del Ministerio Público y cuatro policías ministeriales en el municipio de Aguilillas. También ayer fue asesinado el comandante de la Policía Municipal de Uruapan. Hay guerras que no tienen tantos muertos. Si es esencial para un Estado mantener el monopolio de la fuerza, como lo señalan los teóricos, el nuevo Gobierno debe estar sumamente preocupado. El Estado mexicano, después de todo, ha permitido la operación de numerosos monopolios en el país, pero carece del más importante: el de la fuerza.

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