“Las mejores mentes no están en el Gobierno. Si lo fueran, las empresas ya las habrían contratado”.
Ronald Reagan
¿Recuerda usted la promesa de Vicente Fox de construir un “gabinetazo” con los mejores mexicanos sin importar su filiación política? El entonces presidente electo decidió incluso recurrir al apoyo de buscadores profesionales de talento, headhunters, cosa inusitada en la política.
Parece, sin embargo, que la paciencia para buscar y contratar a los mejores se ha agotado. Ya no hay ni siquiera la pretensión de salir de un estrecho círculo de amigos y correligionarios. Todas las designaciones a cargos de relevancia están surgiendo de un grupo cerrado. Poco importa ya que quienes están siendo nombrados no tengan ninguna experiencia en el campo de responsabilidad que están asumiendo.
El caso más flagrante de los últimos días es, por supuesto, la designación de Ana Teresa Aranda como secretaria de Desarrollo Social. El currículum que de ella se registra en la página de Internet del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, el DIF, ofrece poco, muy poco, que nos haga pensar que está preparada para encabezar una Secretaría de Estado de la importancia de la Sedesol.
Ese currículum no da ninguna indicación de que la señora Aranda tenga ninguna preparación académica de ningún tipo. Sólo señala que fue fundadora de la Asociación Nacional Cívica Femenina, sin proporcionar más datos sobre esta organización, y que es miembro del PAN. Se nos dice también que ha sido diputada federal y ha dado “más de 120 cursos relacionados con neurolingüística, liderazgo político, comunicación integral, manejo y resolución de conflictos y negociación efectiva”. No son éstos, ciertamente, los antecedentes que llevarían a un cazatalentos profesional a fijarse en ella para un cargo de Gabinete presidencial.
Estoy consciente de que ciertas personas pueden tener un currículum que no refleje realmente su inteligencia y capacidad de trabajo. Éste fue el caso de la propia Josefina Vázquez Mota. Recordemos que ella accedió al Gabinete de último momento y como una exigencia del PAN. La información disponible sugiere que el cargo le iba a ser ofrecido originalmente a Cecilia Soto y que solamente una protesta del PAN, que veía que casi ningún puesto del Gabinete quedaría en manos de panistas, hizo que se le diera a Vázquez Mota.
Josefina tampoco tenía, aparentemente, la preparación o la experiencia necesaria para ocupar un cargo de Gabinete. Es verdad que contaba con una licenciatura en economía, pero su experiencia profesional se limitaba a la redacción de libros, entre ellos Dios mío, hazme viuda por favor, a la impartición de conferencias y al apoyo a la distribución de pinturas de su marido en Chihuahua. Vázquez Mota, sin embargo, hizo un magnífico trabajo en la Sedesol. Los programas sociales de la dependencia, y la depuración que hizo del padrón de beneficiarios, fueron factores cruciales en la reducción de los índices de pobreza en un momento en que la economía se mantuvo virtualmente estancada.
¿Podría Aranda dar también la sorpresa y tener un buen desempeño en la Sedesol a pesar de su falta de preparación y experiencia? Esto no puede descartarse del todo, por supuesto, pero ciertamente es mala política designar siempre a los cargos más importantes a personas sin preparación o experiencia. Y esto ha ocurrido ya demasiadas veces en los últimos tiempos en nuestro país.
Casi al mismo tiempo que se designaba a la nueva titular de la Sedesol, el Gobierno de Fox dio a conocer, por ejemplo, el nombramiento de Juan Antonio García Villa como titular de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), una responsabilidad para la que el político panista no tiene ni experiencia ni preparación. Otras designaciones que se han hecho en los últimos meses tienen también la misma característica: se dan a militantes del PAN o a amigos cercanos del presidente Fox o de su esposa Marta, pero no a profesionales que pudieran llegar a esos cargos con una visión clara y documentada de lo que deben hacer.
Lo curioso del caso es que los panistas, y entre ellos el presidente Fox, se quejaron mucho tiempo de que los cargos públicos relevantes eran empleados por los priistas como trampolines políticos o como premios a amigos y correligionarios. Hoy lo mismo está haciendo ellos, aunque quizá peor que entonces, porque en el pasado había cuando menos un intento por nombrar a funcionarios a cargos con los que tuvieran alguna relación.
Quizá el mensaje que está mandando el presidente Fox es que su sexenio ya se acabó. Pero si es así, es una lástima. Faltan casi 11 meses para que termine su Gobierno y en ese tiempo se pueden obtener logros importantes. Pero para eso los responsables de las oficinas públicas deben ser personas con inteligencia, experiencia y preparación.
TRAGEDIA
DE LA FRONTERA
Tiene razón Andrés Manuel López Obrador cuando dice que el Gobierno del presidente Vicente Fox no puede acusar a los estadounidenses de la tragedia de la frontera porque somos nosotros quienes estamos expulsando a nuestros trabajadores. La gran pregunta, sin embargo, es si las políticas que propone el perredista permitirían realmente generar la inversión, la actividad económica y el empleo mejor remunerado que impedirían la emigración.
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