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Jaque Mate| Gobierno popular

Sergio Sarmiento

?La autoridad que no quiere ejercer la autoridad no es digna de ser autoridad?.

Sergio Sarmiento

La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, la APPO, ha tomado el siguiente paso lógico en su rebelión contra las autoridades. Una vez que ha consolidado su control sobre la ciudad de Oaxaca, sin que el Gobierno Federal o el Estatal puedan o se atrevan a hacer algo, ahora ha decidido constituirse en Gobierno y empezar a manejar no sólo la ciudad sino todo el estado. Y lo hará de la manera en que siempre han gobernado los regímenes dictatoriales en el mundo: a través de bandos. En el nuevo Gobierno de Oaxaca no habrá contrapesos al poder.

La Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a pesar de las diferencias que ha tenido con la APPO, una organización mucho más radical, sigue mientras tanto dejando sin instrucción a los niños de Oaxaca. ¿Y por qué habría de regresar a clases? A pesar de que la huelga es ilegal, puesto que el SNTE que detenta la titularidad del contrato colectivo hace mucho tiempo que firmó con el Gobierno, los maestros de la Sección 22 siguen recibiendo su sueldo completo. No tienen los docentes ningún incentivo para regresar a trabajar.

La situación en Oaxaca continúa siendo dramática. La actividad económica de una ciudad que depende en buena medida del turismo se ha desplomado. No hay transporte. El centro hiede a heces y orines. Las construcciones están grafiteadas; los adoquines, levantados. Los empleos se esfuman. Mientras la APPO y la Sección 22 afirman que sus acciones buscan defender al pueblo, la gente más pobre es, como siempre, la más lastimada por lo que ya no puede llamarse más que como rebelión.

El Gobierno Estatal hace mucho que ha quedado rebasado y, para todos los propósitos prácticos, ha dejado de gobernar. Ha fallado en sus intentos por utilizar la fuerza pública y no ha podido negociar con unos grupos que tienen como primera exigencia la renuncia del gobernador, Ulises Ruiz. La Secretaría de Gobernación a nivel federal ha organizado una mesa de negociación a la que han acudido la Sección 22 y la APPO. Pero estas mismas organizaciones han impedido la participación del representante del Gobierno Estatal de Oaxaca, Heliodoro Díaz. Las posibilidades de un acuerdo son escasas dado que la demanda fundamental de las organizaciones que han tomado Oaxaca, la renuncia del gobernador, es algo que legalmente no puede otorgar la Secretaría de Gobernación en estos tiempos de democracia. No se ve claro, por otra parte, que el Senado federal en el que el PRD está en minoría pueda ordenar la desaparición de poderes en el estado.

Ulises Ruiz se aferra al Gobierno de Oaxaca a pesar de que hace mucho tiempo se ve imposibilitado de gobernar. Entiendo la posición de que su renuncia mandaría una mala señal, ya que cualquier grupo político podría asumir una posición similar de tomar las calles para exigir la renuncia del gobernador electo democráticamente; pero ante la clara imposibilidad de gobernar o de liberar a Oaxaca del secuestro, la insistencia del gobernador de mantenerse en el puesto le está ocasionando un daño enorme al estado. Mucho más digno sería que renunciara simplemente para que Oaxaca no siguiera acumulando perjuicios.

El Gobierno Federal se niega a intervenir en parte porque no sabe si tiene la capacidad de controlar a los disidentes y en parte porque quiere castigar a Ruiz por haber tratado de liberar el centro de la ciudad con la fuerza pública antes de las elecciones y a pesar de las instrucciones de la Secretaría de Gobernación de que no lo hiciera. Pero ni el gobernador ni los funcionarios oaxaqueños están siendo castigados. Ellos, como los maestros de la Sección 22, siguen recibiendo sus sueldos. Tanto el gobernador como los altos funcionarios, de hecho, pasan la mayor parte del tiempo en la Ciudad de México. El castigo es, como siempre, para el pueblo oaxaqueño y en particular para los más pobres.

Por lo pronto ya la APPO y la Sección 22 del SNTE han decidido convertirse en Gobierno. Es lógico que lo hagan. Ya tienen el control de la ciudad de Oaxaca y no será difícil que lo tengan en todo el estado. Si los gobiernos constitucionales se niegan a aplicar la Ley y proteger a los ciudadanos, sólo es cuestión de tiempo para que su poder alcance toda la entidad.

Y si bien no estoy de acuerdo en un Gobierno de bandos, en la creación de una dictadura, entiendo que la política es como la física: en una como en la otra, los vacíos siempre se llenan. Y si ni el Gobierno Estatal ni el Federal están dispuestos a asumir el Gobierno, es inevitable que lo haga la APPO.

Y ¡quién sabe! A lo mejor si los bandos son sensatos, y si establecen cierto orden en un estado en el que hoy reina la anarquía, conseguirán la legitimidad de la que hoy carecen los gobiernos constitucionales. Después de todo, hoy los oaxaqueños quieren un Gobierno, aunque sea de un grupo golpista como la APPO.

DESCENTRALIZACIÓN

El Gobierno Estatal de Zacatecas ha tomado la decisión de retirarse del acuerdo de descentralización educativa. Y es lógico. No se pueden separar las responsabilidades ni en éste ni en otros temas. No es una verdadera descentralización la que le pide al Gobierno Estatal que pague pero deja las decisiones de presupuesto y las de contenidos en manos de la Federación. La descentralización tiene pros y contras. Uno de sus problemas es que haría más difícil pagar la educación de los estados pobres. Pero es inevitable.

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