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Jaque Mate| La parálisis

Sergio Sarmiento

?Algunos días es un acto heroico rechazar la parálisis del miedo, enderezarse y dar un paso a un nuevo día?. Edward Albert

Carlos Abascal está buscando la renuncia del gobernador de Oaxaca. Sólo así puede entenderse que persista en mantener las mesas de negociación con la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) cuando la posición inamovible de estos grupos es que Ulises Ruiz renuncie o sea destituido.

Ni el secretario de Gobernación tiene la facultad de ordenar la renuncia o destitución de un gobernador, ni se antoja posible que el Senado declare la desaparición de poderes, que es la única opción legal para quitarle el cargo a Ruiz. Poco importa que éste sea el único caso en mucho tiempo en que realmente se están dando condiciones de ingobernabilidad en un estado.

El Senado no es un tribunal de justicia hecho para considerar de manera imparcial si han desaparecido o no los poderes de un estado. Se trata de un cuerpo político cuyas decisiones son, necesariamente, políticas. Ni al PRI ni al PAN les conviene políticamente ceder ante la presión del PRD para destituir al gobernador.

El secretario general del PRD, José Guadalupe Acosta Naranjo, ya le ha ofrecido al PAN aliarse con los partidos del Frente Amplio Progresista en el Senado para declarar la desaparición de poderes en Oaxaca. Esto podría parecer lógico: el PAN, el PRD y Convergencia se aliaron apenas en 2004 para respaldar la candidatura de Gabino Cué frente a Ulises Ruiz. Pero los panistas saben muy bien que declarar la desaparición de poderes en Oaxaca sin el acuerdo de los priistas llevaría a que se desatara una cacería de brujas en contra de los gobernadores del PAN en el país. En venganza por la destitución de Ruiz, ¿por qué no votaría el PRI con los perredistas para deshacerse a su vez de los gobernadores del PAN?

El gobernador Ruiz ya no está gobernando; ciertamente no en la ciudad de Oaxaca, pero tampoco en otras zonas del estado. El 14 de junio Ruiz hizo un intento por desalojar el plantón que la sección 22 mantenía en el centro de la capital. Pero ante el fracaso, la fuerza pública del estado y el municipio simplemente se han retirado a sus cuarteles. Hoy no se atreven siquiera a salir a las calles y le han dejado el campo libre a la sección 22 y a la APPO. Por eso el gobernador pide que sea la fuerza federal la que intervenga.

Tanto el gobernador Ruiz como el secretario Abascal están metidos en un juego perverso en el que los oaxaqueños son las víctimas inocentes. Ruiz le echa la culpa del conflicto al Gobierno de Fox y afirma que la falta de acción de las fuerzas federales es lo único que ha impedido resolverlo. Abascal responsabiliza al gobernador por haber tratado de hacer el desalojo del 14 de junio sin su permiso; culpa también a la dirección nacional del SNTE, y en especial a la maestra Elba Esther Gordillo, de apoyar el movimiento de protesta con el propósito de derrocar al gobernador Ruiz, aliado de Roberto Madrazo.

Pero independientemente de los juegos políticos, ni el gobernador puede obligar a la Federación a rescatarlo ni el secretario puede conseguir la renuncia del gobernador. Aun cuando Ruiz entendiera que lo mejor para el estado es hacerse a un lado, su renuncia equivaldría a dar un premio a Abascal, a la maestra Elba Esther y a los grupos radicales que están tratando de destituirlo. No sorprende que no quiera aceptar esto. Los senadores del PRI, por otra parte, no le harán el favor al PRD de renunciar a un Gobierno que su partido ganó en las urnas. Todo apunta, así, a una parálisis indefinida.

Lo peor de todo es que ni Abascal ni la APPO parecen tener mucho incentivo para resolver el conflicto. El secretario terminará su encargo el próximo 30 de noviembre y la tentación es grande para simplemente heredarle el problema a su sucesor. La APPO, a su vez, ha aprovechado este pleito para obtener una enorme cobertura en los medios de comunicación. Esto la ayuda en su verdadero objetivo, que no es el derrocamiento de un simple gobernador sino, como sus mismas pancartas y cantos lo señalan, la instauración de un régimen anticapitalista en todo el país.

A la APPO no le importa perder el tiempo: ahora está convocando a un nuevo ?diálogo alternativo? en el que no estarán presentes ni el Gobierno Federal ni el Estatal. Al secretario de Gobernación, en cambio, ya se le acabó el tiempo: por eso, quizá, se ha atado a sí mismo las manos al decir que ?en nombre de Dios no habrá represión?. Los únicos que no pueden ya perder más tiempo son los oaxaqueños, pero a ninguno de los protagonistas de este conflicto les importa lo que les ocurra a ellos.

OTRA VEZ LA INFLACIÓN

Cuidado porque la estabilidad financiera, uno de los más vanagloriados logros del Gobierno, puede perderse. El índice de precios al consumidor aumentó uno por ciento tan sólo en septiembre. Si en los próximos 12 meses se mantuviera esta tasa, tendríamos de nuevo una inflación de dos dígitos. Es verdad que el Índice de Precios al Consumidor acumulado en el último año es de 4.09 por ciento y el subyacente -que excluye precios volátiles- de 3.45 por ciento; también es cierto que el alza de 76 por ciento en el tomate (jitomate) es responsable en buena medida de la explosión de precios de septiembre. Pero el índice de precios al productor ha avanzado 6.11 por ciento en los últimos 12 meses. La inflación no ha muerto en nuestro país.

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