?La libertad es un bien común. Y mientras no participen todos de ella, no serán libres los que se creen tales?. Miguel de Unamuno
Ayer Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, reiteró su posición de que los habitantes de la Ciudad de México deben simplemente acostumbrarse a vivir con manifestaciones y bloqueos.
Las manifestaciones, dijo, ?no son cosa nueva?. Datan, dijo, de 1325, el año de fundación de Tenochtitlan. ?Y van a seguir sucediendo?, advirtió.
Según Encinas, las personas que se oponen a las manifestaciones y bloqueos aspiran a regresar al viejo sistema autoritario. ?Hay quienes añoran a Díaz Ordaz, añoran a Cueto, añoran a los halcones, a Martínez Domínguez, a Corona del Rosal -dijo?, pero son etapas superadas en la historia. Y quienes gozan de esa nostalgia afortunadamente son muy pocos; algunos muy notorios, pero pocos.?
?La mayoría de la gente -señaló ayer el jefe de Gobierno? no añora el pasado autoritario y ahí están los resultados electorales, simple y sencillamente?.
No sorprende la defensa de Encinas a las manifestaciones y plantones. Los altos funcionarios de Gobierno no tienen que luchar con el tránsito todos los días. Sus sueldos los pagan los contribuyentes y su entrega quincenal está asegurada.
Los políticos no saben lo que es vivir en la angustia de quien, atrapado en un plantón, no puede hacer un cobro o llevar a cabo una venta y no puede llevar dinero a casa. O de quien pierde el salario de un día por no llegar a su lugar de trabajo.
Encinas defiende los plantones y las manifestaciones porque la mayoría de éstos los llevan a cabo miembros o aliados de su propio partido, el PRD. Los dirigentes de este partido y de sus grupos afines no son, por supuesto, trabajadores. Quienes bloquearon durante semanas el Paseo de la Reforma no tenían que presentarse a laborar a ninguna empresa o institución, que no fuera el propio Gobierno capitalino, cada mañana.
Los miembros de la APPO que tomaron durante cinco meses el centro de la ciudad de Oaxaca, y que hoy están en plantón permanente frente al Senado, tampoco tienen que preocuparse de dónde vendrá el sueldo de la próxima quincena. Los partidos y otras organizaciones políticas que viven del dinero de los contribuyentes les pagan puntualmente.
Es falso, por supuesto, que quienes nos oponemos a que los grupos políticos bloqueen impunemente las calles de la ciudad aspiremos al retorno del autoritarismo. El mitin del dos de octubre de 1968 en Tlatelolco, por ejemplo, no bloqueó ninguna calle y aún así fue reprimido violentamente.
La mayoría de quienes somos víctimas de los bloqueos y manifestaciones que sufre la Ciudad de México cada año queremos que todo el mundo tenga derecho a protestar contra el Gobierno o de expresar sus agravios, pero sin violar el derecho de libre tránsito de los demás. Y esto se puede hacer, por supuesto, en una sociedad libre.
Ni en Suecia, ni en Canadá, ni en Estados Unidos se prohíben las reuniones políticas o de protesta contra el Gobierno, pero no se permite que los manifestantes bloqueen calles como lo hacen de manera consuetudinaria los grupos políticos en México. Y en Cuba, ese país que tanto admiran nuestros izquierdistas, ni siquiera la protesta se permite.
El problema de la Ciudad de México es que los grupos que controlan el Gobierno son también los que promueven las manifestaciones y bloqueos. Los Panchos Villa, las organizaciones de René Bejarano, los cegeacheros o los miembros de la APPO son a un tiempo beneficiarios de los favores del Gobierno capitalino y protagonistas de las manifestaciones y bloqueos de la capital. En los últimos días hemos visto bloqueos en Insurgentes, plantones frente a la Secretaría de Gobernación y manifestaciones en Reforma, todos realizados por los mismos grupos.
¿Quién encabezó el plantón de ayer frente al Senado para protestar por los candidatos a magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación? Gerardo Fernández Noroña, el vocero del PRD que es el partido del propio Alejandro Encinas. Para muestra basta un botón.
¿Es verdad que la gente del Distrito Federal está contenta con esta situación y que por eso premia al PRD con sus votos? No lo sé. Encinas es el político y él conoce mejor que yo la actitud de la gente.
Tengo la impresión, sin embargo, que no se le puede pedir a los capitalinos que sigan pagando impuestos cuando se les niegan servicios fundamentales como el libre tránsito. El PRD ciertamente ha conseguido comprar muchos votos con sus programas sociales, como los apoyos a los adultos de la tercera edad; pero el partido sabe bien que en el pasado ha tenido que pagar un costo enorme por su radicalismo, el cual puede hacerse presente una vez más.
Estoy convencido de que los perredistas podrán seguir obteniendo de manera indefinida el respaldo de los habitantes de la Ciudad de México si continúan hostigándolos de manera sistemática. Ni siquiera los chilangos somos tan imbéciles.
¿PARA QUIÉN TRABAJA?
¿Juez o parte? El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Alejandro Encinas, criticó ayer la decisión del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, de no renunciar a su cargo, al tiempo que sigue apoyando con recursos públicos el plantón de la APPO frente al Senado y permite bloqueos de calles por parte de organizaciones políticas que exigen la renuncia de Ruiz. ¿Para quién trabaja Encinas? ¿Para la APPO o para los ciudadanos del Distrito Federal, que ayer se vieron afectados por los bloqueos?