“México será la siguiente
historia de éxito de nuestros tiempos”.
Vicente Fox, Davos,
enero de 2001
La ausencia de funcionarios mexicanos de alto nivel en el Foro Económico Mundial de Davos no fue producto de problemas de agenda o de circunstancias fortuitas. Hay razones para pensar que en la Cancillería se tomó la determinación de que no era adecuado que acudiera el presidente y una delegación de alto nivel.
El presidente de la República aceptó originalmente la invitación que le hizo el Foro para asistir a la reunión de este año. De su oficina se hizo llegar a las oficinas del Foro en Ginebra una carta en la que accedía a participar. El documento, para más detalles, está fechado el 15 de septiembre de 2005.
Invitado también estaba el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, pero éste no respondió ni positiva ni negativamente a la invitación durante meses. Finalmente, en diciembre el presidente canceló su participación y el secretario declinó la suya.
No fueron circunstancias políticas internas las que impidieron la participación de Fox en Davos. En los mismos días del Foro, de hecho, el presidente llevó a cabo una gira internacional. Visitó primero Chile, donde se encontró con el presidente saliente Ricardo Lagos y con Michelle Bachelet (antes incluso de haber sido declarada oficialmente presidenta electa), y de regreso asistió a la toma de protesta de Manuel Zelaya como presidente de Honduras.
Ninguno de los viajes parece ser de una importancia tal que justifique la cancelación de la participación en Davos. El contacto con Bachelet era indispensable, por supuesto, pero pudo haberse realizado antes o después. Despedirse de Lagos era también importante, pero no olvidemos que los dos mandatarios se reunieron apenas en diciembre en Veracruz.
El contacto con Honduras es también importante, pero no era indispensable que el presidente estuviera presente en la toma de posesión, especialmente si ya había aceptado una invitación previa a Davos. El contacto con Zelaya pudo haberse realizado en una visita posterior.
El Foro Económico Mundial es un escenario siempre complicado. La logística es la de una cumbre debido al alto número de personajes importantes que acuden. Este año no sólo asistieron 15 jefes de Estado y de Gobierno sino alrededor de sesenta ministros y secretarios de Estado de todas las regiones del mundo. A esto hay que añadir a personajes como Kofi Annan de las Naciones Unidas, Joseph Blatter de la FIFA, Jacques Rogge del Comité Olímpico Internacional, los músicos Bono de U2 y Peter Gabriel, así como los artistas de Hollywood Angelina Jolie, Brad Pitt y Michael Douglas. Es difícil mantener la atención del público y los medios ante una competencia tan fuerte.
Esto lo sufrió el propio Fox en su momento. En 2001 Fox fue una de las grandes estrellas de la reunión. Era el político que había derrotado al PRI después de siete décadas en el poder. Sus discursos, en los que prometía una nueva era para México, generaron gran interés. En 2003, sin embargo, hubo ya mucho menos interés en la participación del presidente mexicano. La atención se había volcado sobre el nuevo mandatario brasileño, Lula, quien llegó al Foro unas semanas después de haber tomado posesión. Es difícil saberlo, pero quizá el presidente Fox se sintió humillado al haber sido desplazado de esa manera.
No podemos olvidar, sin embargo, que Davos proporciona una oportunidad excepcional para cualquier gobernante. En un tiempo muy breve se pueden tener tres o cuatro reuniones bilaterales con mandatarios de otros países e innumerables encuentros con ministros. Particularmente importantes son las reuniones con empresarios del mayor nivel, los que toman las decisiones de las inversiones de las grandes firmas del mundo. También en Davos puede uno hablar con los reporteros, columnistas, comentaristas y directivos de los medios de mayor relieve internacional.
En una conversación telefónica que tuve desde Davos con el canciller Luis Ernesto Derbez la semana pasada éste me dijo que en Chile el presidente Fox había firmado un acuerdo de enorme importancia para nuestro país. También me señaló que las inversiones para este año ya están programadas, por lo que no era necesario buscar nuevos proyectos en Davos. Quizá. Pero México no se acaba este sexenio: hay que seguir generando inversión para el futuro. Y para ello Davos es un foro ideal.
Me pregunto cuál fue realmente la razón que llevó al presidente Fox a cancelar una invitación a participar en el Foro Económico Mundial que ya había aceptado formalmente desde septiembre del año pasado. ¿Fue el temor a ya no tener esa atención que lo rodeó en 2001?
AMLO Y GIL DÍAZ
No sorprende que Andrés Manuel López Obrador le mande un mensaje al secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, de que vaya haciendo sus maletas. En caso de que gane el candidato perredista a la Presidencia no hay duda de que el secretario de Hacienda se iría a su casa. Pero es muy importante para Andrés Manuel el ir perfilando a sus posibles candidatos a la Secretaría de Hacienda. El mayor miedo que tienen los inversionistas es que llegue a México un secretario de Hacienda sin la capacidad técnica para el cargo.
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