EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Jaque mate/Quiebra de Pemex

Sergio Sarmiento

“Todas las enseñanzas

dogmáticas pronto envejecen y se quiebran”.

Pablo Neruda

Nos dicen a los mexicanos que el petróleo es nuestro y que Pemex, el monopolio que controla este recurso, es también de nuestra propiedad. Pero si realmente somos los accionistas, tenemos todas las razones para montar una rebelión. Nuestra empresa, después de todo, quedará muy pronto en quiebra. Si Pemex fuera una empresa normal, habría tenido un buen año en 2005.

Sus ventas totales aumentaron 16 por ciento para alcanzar un nivel sin precedentes de 928 mil millones de pesos u 86 mil millones de dólares. Nunca en la historia una empresa mexicana de ningún tipo había tenido ventas tan elevadas.

Las grandes ventas de Pemex, sin embargo, no se mantendrán durante mucho tiempo. Para empezar, no hay certeza que los altos precios internacionales del petróleo se sostengan por mucho tiempo. La experiencia nos dice, de hecho, que a los años de vacas gordas les siguen siempre años de vacas flacas, especialmente en el mercado petrolero.

Parecería cuestión de tiempo para que viéramos una baja en las actuales cotizaciones. Pero aun cuando se sostuvieran los actuales precios, pronto llegará el momento en que Pemex no podrá seguir beneficiándose de ellos. México, en efecto, está en camino de dejar de ser un productor de petróleo. A fines del 2005 Pemex registraba 16 mil 500 millones de barriles de crudo en reservas probadas.

Nuestra producción el año pasado fue de tres mil 333 millones de barriles diarios lo cual se traduce en mil 236 millones de barriles por año. Esto significa que, en poco más de 13 años, acabaremos con estas reservas. Mucho antes, no obstante, en seis o siete años, el país se habrá convertido en importador neto de petróleo.

El EBITDA de Pemex -el indicador corporativo al que mayor atención le prestan los analistas financieros y que es la utilidad antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización- fue el año pasado de 618 mil millones de pesos o 57 mil millones de dólares. Ésta es una utilidad operativa extraordinaria de casi 68 por ciento sobre ventas. No es que nuestro monopolio sea eficiente; de hecho, muchos de sus indicadores de productividad son inferiores a los de otras empresas petroleras.

Pero los precios del crudo son tan altos que incluso Pemex puede tener elevadas utilidades operativas. Por lo menos hasta que llega el fisco. Una vez descontados los costos financieros y, sobre todo, los impuestos, las ventas más altas de la historia corporativa de México se convierten en una pérdida neta de 40 mil 500 millones de pesos o casi cuatro mil millones de dólares.

En 2005 los impuestos, derechos y aprovechamientos ascendieron al 60.8 por ciento de las ventas de Pemex.

El sistema es tan perverso que entre más altas son las utilidades operativas mayor es el golpe fiscal que las convierte en pérdidas. La empresa simplemente no tiene incentivos para volverse más eficiente.

Además, Pemex debe subsidiar de manera directa combustibles como el diesel para uso agropecuario y marino, la gasolina para pesca ribereña y el gas licuado de petróleo (GLP), lo cual disminuye su rendimiento. En las ventas nacionales de gasolina hay también un subsidio. Después de años en que la gasolina en México fue más cara que la de Estados Unidos, la situación se revirtió en 2005. Por razones políticas, sin embargo, no se permitió a Pemex modificar de manera suficiente sus precios internos. El resultado es que Pemex ha tenido que importar gasolina cara de Estados Unidos para venderla barata en México. Subsidia así el uso del automóvil, un vehículo que emplean los estratos más ricos de la sociedad. Difícilmente parece ser éste el mejor uso de los ingresos de una empresa que supuestamente es de todos los mexicanos y no sólo de los más ricos. Los gastos de Pemex están subiendo a un ritmo extraordinario.

El rubro de administración tuvo un aumento de 24 por ciento. La razón principal fue el incremento en la llamada reserva laboral. El costo total de esta reserva, sin embargo, no ha sido aún cuantificado cabalmente y podría implicar un fuerte golpe al patrimonio de la empresa en los próximos años.

¿Cuánto vale actualmente la empresa de “todos los mexicanos”? Los activos totales aumentaron el año pasado diez por ciento y se ubicaron en un billón 79 mil millones de pesos o 100 mil millones de dólares. Los pasivos, sin embargo, subieron 12 por ciento para sumar un billón 58 mil millones de pesos, equivalentes a 98 mil millones de dólares. A 68 años de la expropiación petrolera, la mayor empresa de México registró el 31 de diciembre de 2005 un patrimonio de apenas 20 mil 600 millones de pesos o menos de dos mil millones de dólares. Este patrimonio disminuyó 13 mil millones de pesos el año pasado. De continuar esta tendencia, en menos de dos años los pasivos serán superiores a los activos. Pemex tendrá un patrimonio negativo. En otras palabras, estará en la quiebra.

PRESUPUESTO 2007

Si prospera una modificación constitucional aprobada por el Senado el viernes 17 de marzo, el próximo presidente de México tendría que gobernar en su primer año con un presupuesto elaborado por el actual mandatario. Parecería que el PRI y el PAN le quieren atar las manos a Andrés Manuel López Obrador.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 203243

elsiglo.mx