?Ya no es el viejo proverbio chino de que hay que enseñar a pescar en lugar de regalar
pescado. También hay que enseñar a comercializar el pescado?.
Carlos Slim
No deja de ser un indicador malsano de la situación política de nuestro país que en una presentación, en el Foro Forbes de este 20 de septiembre, en la que habló de filantropía y de las políticas económicas que debemos asumir para combatir la pobreza, los medios de comunicación se concentraron solamente en reflejar un comentario al margen de Carlos Slim en el que se refirió a la toma del Paseo de la Reforma como una ?locura mexicana, kafkiana?.
Por supuesto que es absurdo que un político como Andrés Manuel López Obrador, cuya fuente de sustento político es el Distrito Federal, se dedique durante dos meses a golpear a los ciudadanos bloqueando la principal avenida de la ciudad. Pero mucho más importante que analizar las estrategias de un ex candidato que insiste en mantener un lugar protagónico con desplantes de ese tipo sería analizar las políticas que deben aplicarse para combatir los problemas fundamentales del país, entre ellos el más importante, la pobreza.
En distintas ocasiones Slim ha señalado que la mejor inversión que pueden hacer los empresarios es combatir la pobreza. Esto no es sólo por razones de humanidad o de justicia social: también son de carácter práctico. Una disminución de la pobreza se traducirá necesariamente en una ampliación del mercado nacional y esto beneficiará a los propios empresarios.
A través de Fundación Telmex y otras instituciones, Slim dedica cantidades muy importantes de dinero a labores sociales. Quizá esto sea una obligación moral del hombre más rico de México y uno de los más prósperos del mundo. Pero él mismo se da cuenta de que el asistencialismo, la ayuda a algunos pobres en lo individual, no ayuda a eliminar o reducir la pobreza.
La caridad puede ser necesaria en determinadas circunstancias, pero nunca deja de ser un paliativo. De hecho, en muchos países desarrollados del mundo los programas de beneficencia social (el welfare) han resultado perjudiciales en el largo plazo porque han generado una dependencia que impide a los pobres escapar de la pobreza. Por eso Bill Clinton impulsó hace una década una reforma del sistema de welfare en Estados Unidos.
La solución real a la pobreza, que es el principal problema de México, debe partir de la generación de actividad económica y de la preparación de las personas. Lo dijo el propio Slim en el Foro de Forbes: ?Estoy convencido que la pobreza se combate con empleo y educación?.
¿Pero cómo promover un mayor crecimiento económico que genere empleos? Curiosamente, este 20 de septiembre escuché la misma propuesta de dos personas muy distintas: Slim y el ex diputado del PRD Julio Boltvinik. Ambos, uno en el Foro Forbes y el otro en un programa de televisión, argumentaron que hay que aplicar políticas ?contracíclicas?. En otras palabras, el Gobierno y el Banco de México deben liberar el gasto público y aflojar la política monetaria cuando la economía está en ciclos recesivos y apretar sólo cuando se entre a períodos de crecimiento. La propuesta no es ni de derecha ni de izquierda, dice Slim, sino que ?viene de la Biblia?, la cual nos aconseja ahorrar en los años de vacas gordas para estar preparados y gastar en los inevitables años de vacas flacas.
Por lo pronto, Slim está utilizando sus vastos recursos para apoyar la idea de que el combate a la pobreza pasa por la generación de actividad económica y empleo. Ha creado una firma, Ideal, cuyo propósito es precisamente invertir en proyectos de infraestructura.
Podrá uno estar de acuerdo o en desacuerdo con éstas u otras ideas. La coincidencia de los argumentos de Slim y de Boltvinik, sin embargo, me hace pensar que, si realmente se negocia de buena fe, podrán encontrarse los acuerdos que nos permitan recobrar el crecimiento y la creación de empleos en nuestro país para así combatir eficazmente la pobreza. Simplemente hay que discutir las políticas públicas de buena fe, atendiendo a la información en lugar de a los dogmas ideológicos.
Lo que ya no podemos hacer los mexicanos es seguir peleando batallas políticas ya rebasadas. Qué importa si López Obrador sigue empeñado en hacerse pasar por presidente legítimo. Qué sentido tiene continuar con la discusión del grave error político de la coalición Por el Bien de Todos de bloquear el corredor Reforma-Centro Histórico de la Ciudad de México. Lo que deberían hacer nuestros políticos es combatir realmente la pobreza, con medidas que funcionen y no que reflejen un cartabón ideológico.
Carlos Slim lo está haciendo. Y muy positivo sería para nuestro país que López Obrador, cuya importancia política nadie discute, lo hiciera también... y de preferencia con Felipe Calderón.
TRABAJADORES
¿Son ellos los representantes de la clase trabajadora? Un grupo de cientos, quizá miles, de integrantes de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca y de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ha comenzado una marcha de Oaxaca al Distrito Federal que se convertirá, a partir del tres de octubre, en un ?plantón indefinido? frente a la sede Senado. Yo, que trabajo para ganarme la vida, no puedo darme el lujo de dejar tanto tiempo mi labor, por mucho que quiera tumbar a un gobernador. Por eso debemos preguntarnos: ¿de qué viven estos supuestos trabajadores?