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Jaque mate| Toma de protesta

Sergio Sarmiento

?La intolerancia traiciona falta de fe en la causa propia?. Mohandas Gandhi

En el momento de escribir este artículo la exigencia del PRD ya no es la de impedir la toma de protesta de Felipe Calderón como presidente de México. Lo que piden es, simplemente, que la sesión cambie de lugar. Javier González Garza, el coordinador de los diputados del PRD, ha declarado que los legisladores de su partido no van a perseguir a Calderón por otras sedes en que pudiera citarse al Congreso. Su objetivo es evitar que el presidente tome protesta en la máxima tribuna de la nación.

Los priistas, mientras tanto, están respaldando la propuesta de cambio de la sede para la toma de protesta e insisten, como ya lo había señalado con anterioridad Emilio Gamboa, el coordinador de los diputados del PRI, en señalar que el presidente saliente Vicente Fox no debe asistir a la ceremonia.

Los perredistas, de hecho, están incumpliendo la orden que han recibido de Andrés Manuel López Obrador y del consejo político nacional del PRD de impedir a como dé lugar la toma de protesta de Calderón. Este objetivo, al parecer, le tocará al contingente que López Obrador ha convocado a las siete de la mañana en el Zócalo de la Ciudad de México, el cual podría atacar las posiciones que la Policía Federal Preventiva y otras Fuerzas de Seguridad mantienen en los alrededores del Palacio Legislativo. Este contingente podría enfocar sus esfuerzos al Auditorio Nacional o a cualquier otra sede en que Calderón pudiera tratar de llevar a cabo la toma de protesta. Lo que buscan los diputados del PRD es únicamente negarle a Calderón el uso de la máxima tribuna de la nación.

Para el presidente entrante, sin embargo, es muy importante no ceder en esta primera gran confrontación del sexenio. Por eso los diputados panistas se adelantaron a los perredistas en la toma de la tribuna del Palacio Legislativo y por ello, por lo menos hasta el momento en que escribo este artículo, se mantienen en la tribuna con el fin de impedir que ésta sea capturada por los perredistas.

El Artículo 87 de la Constitución no obliga a que la toma de protesta se haga en el salón de plenos del Palacio Legislativo. Lo único que señala es que el juramento debe hacerse ?ante el Congreso? o, en un período de receso ?que no es el caso en este momento? ?ante la Comisión Permanente?. El Congreso, es verdad, puede ubicarse en cualquier lugar, siempre y cuando la mayoría de los legisladores vote un cambio de sede, se haga una convocatoria pública y se verifique el quórum.

Los legisladores del PRI parecen haber llegado a un acuerdo con los panistas de que no romperán la sesión impidiendo el quórum, ni evitarán la toma de protesta del presidente Calderón. Estos compromisos serían parte de los acuerdos por medio de los cuales se dio al PAN la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y por ello de la sesión conjunta de las cámaras del Congreso del primero de diciembre, a pesar que esta responsabilidad le correspondía al PRD, mientras que la Junta de Coordinación le fue entregada al priista Emilio Gamboa. Pero una cosa es prometer no romper la sesión y otra garantizar que ésta se lleve a cabo en el salón de plenos de San Lázaro.

¿Por qué es tan importante para el PRD y el PRI que la sesión se realice en otro lugar? Cualquier sede es buena, desde el punto de vista legal, para la ceremonia. La diferencia es que un cambio de sede señalará desde el primer momento una derrota del presidente Calderón. Quedará demostrado que el primer mandatario no tiene siquiera la capacidad de acudir al Palacio Legislativo. Si bien los objetivos del PRD y del PRI son distintos, coinciden en querer mostrar a un presidente débil.

Por eso mismo es tan importante para el PAN, y para Calderón mismo, demostrar que el presidente de la República tiene la capacidad de gobernar en todo el territorio nacional y que puede acudir a cualquier lugar, especialmente al Palacio Legislativo donde tendrá que presentar sus informes presidenciales en los próximos años. Un presidente que no puede ir a San Lázaro o a Oaxaca o al Zócalo de la Ciudad de México difícilmente puede ser el presidente de todos los mexicanos.

Si consideramos que ya parece un hecho que Calderón tome protesta en algún lugar y en algún momento el próximo viernes, parecerá que la disputa que ha llevado a la toma de la tribuna es simplemente simbólica. Pero no olvidemos que la política está hecha de símbolos. Y el presidente electo lo sabe. Al contrario de su predecesor, Vicente Fox, que tantas veces cedió a presiones en los últimos años, Calderón no quiere empezar su sexenio con una derrota o una humillación.

CAMBIO DE POSTURA

Después de terminar de redactar este artículo se dio a conocer un cambio de posición por parte del PRD. Javier González Garza, coordinador de los diputados perredistas, había señalado en la mañana de ayer en varias entrevistas que su único objetivo era evitar que el presidente tomara protesta en el pleno del Palacio Legislativo. En la noche, sin embargo, el presidente nacional del PRD, Leonel Cota, en compañía de González Garza y del coordinador de los senadores del partido, Carlos Navarrete, anunció que los legisladores perredistas no llevarían ya a cabo ningún tipo de negociación para un posible cambio de sede. Al parecer el partido, o el propio Andrés Manuel López Obrador, le jalaron las orejas al coordinador de los diputados del PRD. La orden, después de todo, era impedir la toma de protesta y no simplemente cambiar la sede.

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