?Un hombre instruido es un ocioso que mata el tiempo estudiando?. George Bernard Shaw
Hubo un tiempo en que los egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México dominaban todo el sistema político mexicano. Era muy difícil encontrar a un graduado de cualquier otra institución educativa en un Gabinete presidencial. Esto era reflejo del centralismo de la política pero también del papel hegemónico de la UNAM en el sistema de educación superior de nuestro país. De hecho, desde el tiempo en que los militares dejaron de ejercer el poder, con el Gobierno de Miguel Alemán Valdez que empezó en 1946, hasta el fin del de Carlos Salinas de Gortari, que concluyó en 1994, todos los presidentes de la República fueron egresados de la UNAM. Y todos, menos el último, abogados.
En los últimos años las cosas han cambiado. Si Carlos Salinas de Gortari fue el primer presidente economista, pero era todavía egresado de la UNAM, Ernesto Zedillo, también economista, fue el primer presidente en más de medio siglo en provenir de otra institución educativa: del Instituto Politécnico Nacional. Vicente Fox no es ni abogado ni economista: terminó, de manera muy tardía, poco antes de postularse como candidato a la Presidencia de la República, una licenciatura en Administración de empresas de la Universidad Iberoamericana. Se convirtió así en el primer presidente en ser egresado de una universidad privada.
Felipe Calderón, quien asumirá la Presidencia de la República el próximo primero de diciembre, es una vez más abogado, lo cual significa un retorno a la profesión de la que tantos presidentes surgieron. Pero es egresado de esa Escuela Libre de Derecho que siempre ha sido rival de la Facultad de Derecho de la UNAM.
En el nuevo Gabinete, el que asumirá responsabilidades el próximo primero de diciembre, los egresados de la UNAM no sólo han perdido su dominio del pasado sino que han quedado relegados a una minoría. De las 12 designaciones que se han dado a conocer hasta ahora, tres son de egresados del ITAM (Agustín Carstens de Hacienda, Luis Téllez de Comunicaciones y Transportes y Georgina Kessel de Energía) y dos del Tecnológico de Monterrey (Eduardo Sojo y Rodolfo Elizondo de Economía y Turismo).
Otras instituciones cuentan con un solo representante cada una en el nuevo Gabinete: La Escuela Libre de Derecho tiene a Javier Lozano de Trabajo, la Universidad Autónoma de Yucatán a Beatriz Zavala de Desarrollo Social, el Tecnológico de Ciudad Guzmán a Alberto Cárdenas de Agricultura, la Universidad Iberoamericana a Josefina Vázquez Mota de Educación, la Universidad de Guanajuato a José Ángel Córdoba de Salud y la Escuela Superior de Agricultura Hermanos Escobar de Ciudad Juárez a Alberto Escobar Prieto de Reforma Agraria.
El único egresado de la UNAM en las 12 primeras designaciones es Juan Rafael Elvira Quesada, el nuevo titular de la Secretaría de Medio Ambiente, quien, para colmo de males, no estudió en Ciudad Universitaria sino en la Facultad de Estudios Superiores, Campus Cuautitlán.
En algunos círculos se ha presentado esta ausencia de egresados de la UNAM como prueba de que Calderón está conjuntado un Gabinete elitista. Pero los mensajes de la composición del nuevo Gobierno son más complejos.
Es indudable que hay una pérdida de liderazgo de la UNAM en algunas especialidades. Si bien la UNAM ha promovido la visión de que es no sólo la mejor universidad de México sino de toda Latinoamérica ?usando para ello estudios que se basan en encuestas de opinión como la de The Times de Londres en que pesan más la dimensión de la institución o su trabajo de investigación que la enseñanza? la verdad es otra. El énfasis en la enseñanza del marxismo como dogma hace mucho tiempo hizo que se deteriora la calidad de la Facultad de Economía de la UNAM.
El ITAM y el Tecnológico de Monterrey han sido mejores por décadas. En otras materias es a veces difícil conocer la calidad real de la UNAM, ya que, en su arrogancia, la institución se niega a certificarse con centros internacionales de calificación como lo hacen otras universidades.
En lo que hace a los titulares de carteras no económicas, lo que revelan los currículos es una mayor diversidad de origen. En el pasado era inusitado que los encargados de Secretarías de Estado provinieran de instituciones fuera del Distrito Federal. Pero hoy vemos una representación mucho más amplia de universidades y tecnológicos de provincia lo cual, a mi juicio, es muy sano para la República.
El alma mater, por supuesto, no es garantía de que ningún funcionario tendrá un desempeño adecuado. Hemos tenido funcionarios muy buenos y muy malos en los tiempos en que toda la clase política era egresada de la UNAM. A los nuevos secretarios habría que juzgarlos por su desempeño y no por su universidad. Pero, por supuesto, esto es algo que casi nadie está dispuesto a hacer en estos tiempos tan politizados en que cualquier rival es descalificado de antemano.
CONSEJERA INCÓMODA
El Gobierno del Distrito Federal hizo todo lo posible por deshacerse de la ?consejera incómoda?, María Elena Pérez Jaén, pero ésta le ha ganado todas las batallas legales. Este viernes 24 de noviembre, la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia ratificó que Pérez Jaén no puede ser destituida del Consejo de Información de la capital debido a que no se le puede aplicar una nueva Ley de manera retroactiva. Ojalá que ya las autoridades capitalinas acepten la decisión y permitan el surgimiento de un verdadero régimen de transparencia.