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BUENOS AIRES, ARGENTINA.- El cantautor español Joaquín Sabina confesó que le asusta la "sabimanía" desatada en su honor en Argentina, donde los fanáticos cometieron cualquier locura por conseguir una entrada para acudir a uno de sus conciertos.
En entrevista con el diario La Nación, Sabina explicó que le atemoriza no responder adecuadamente al público "por el tipo de espectáculo que estoy haciendo; me preocupa que genere tanta expectativa algo que nació para ser humilde".
El autor de Me Sobran los Motivos realizará ocho conciertos en Argentina desde el 14 de marzo próximo hasta el dos de abril, como parte de la gira internacional en la que está presentando su más reciente álbum, Alivio de Luto.
La venta de los boletos para sus presentaciones fue récord, puesto que se agotaron en seis horas, se colapsó el servicio de adquisición por Internet y sus seguidores más fieles hicieron filas durante dos días a las afueras del teatro.
Sabina explicó que ese tipo de locura sólo se da en Argentina, porque aunque en España las entradas volaban, no fue la misma fiebre.
"No hay nada similar a la Argentina en el resto del mundo, y no pasa sólo en la música. Por eso todos los músicos que conozco adoran tocar en Buenos Aires, pero también por eso los psiquiatras se forran los bolsillos con ustedes", ironizó.
El cantante agregó que este mismo año espera realizar una segunda gira con "Alivio de luto", pero con un concepto más desarrollado, con más músicos, más rock and roll y más masivos.
Adelantó que en el evento habrá temas de su más reciente disco, pero también una "antología" de canciones conocidas.
"Es que después de cuatro años sin subir al escenario no me parecía justo hacer eso que hacen algunos, que te dan el nuevo disco enterito sin compasión", advirtió.
Después de cuatro años de no realizar presentaciones por problemas de salud, Sabina confesó que "los primeros shows fueron duros. El cuerpo se me había relajado, me faltaban los trucos de oficio, encontrar dentro de ti las ganas".
El escenario, describió, "era como un planeta hostil. Pero luego de 12 ó 13 conciertos los músculos se relajaron y ya sentía que ese era el lugar en el que quería estar".