Se estima que los mexicanos de entre 20 y 29 años de edad, tendrán una vida laboral con duración de maxima de diez años.
EL UNIVERSAL-AEE
México, DF.- Empleos sin contrato, sin sueldo. Una vida laboral con una duración máxima de diez años repartida en 12 empleos diferentes, sin generar antigüedad en ninguno. Así labora 67 por ciento de los jóvenes entre 20 y 29 años de edad, según la encuesta nacional del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve).
De acuerdo con el sondeo realizado en el año 2000 en las 32 entidades del país a más de 100 mil jóvenes, 72 por ciento dice que su trabajo no tiene ninguna vinculación con sus estudios a nivel profesional o técnico.
A partir de la muestra también se apunta que 64.7 por ciento de los 23 millones 129 mil 343 jóvenes entre 12 y 29 años tiene alguna experiencia laboral, ya sea que trabaja actualmente, trabajó o que está en busca de empleo.
Para José Antonio Pérez Islas, investigador del Imjuve, el futuro laboral de los jóvenes es de corto alcance: ?Se estima que tengan 12 empleos en promedio en toda su vida laboral, todos laterales, es decir, trabajan haciendo lo mismo, pero en otra empresa con un sueldo mejor, pero en las mismas condiciones, sin tener puestos directivos?.
De modo que muy probablemente, dice, pasados los años sean relevados por otro joven que acepte, porque no le queda de otra, un sueldo bajo sin ninguna prestación con la condición de que está aprendiendo.
Según Pérez Islas, éste es el presente y futuro de los nacidos de 1982 a la fecha. ?La solución tal vez se encuentre en compartir plazas como sucede en Europa. Se comparte el empleo y el suelo. Cada joven trabajará cuatro horas diarias en vez de ocho?.
Desechables
Luis lleva dos trabajos desde que salió de la Universidad y ya se quiere cambiar. Andrea está en su quinto empleo y en todos ha ocupado el mismo puesto, sólo que con mejor salario y apenas tiene 27 años. Beatriz está en su tercer trabajo y de los otros dos sólo le gustaba uno, ahora le pagan bien, pero no le gusta lo que hace y Yolanda lleva seis años sin contrato ni prestaciones y tiene 32 de edad.
Esperanza, de 36 años, se considera desechable. Pasó 11 años trabajando en diferentes lugares como recepcionista. En todos sus empleos siempre trabajó por honorarios y nunca logró un contrato. ?Ahora ya soy vieja para ser recepcionista y siempre hay chavitas que me ganan el puesto?.
Roberto Bermúdez, investigador en sociología de la educación y académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que las dificultades para conseguir empleo comienzan desde la elección de carrera porque hay saturación de profesionistas en carreras que se ponen de moda. ?Las universidades estamos produciendo más profesionistas de los que se necesitan en ciertas ramas?. Explica que los modelos educativos deberían concentrarse en guiar a los jóvenes a una especialidad y enseñarlos a autoemplearse.
Pérez Islas coincide con esta postura y agrega: ?Los jóvenes no pueden seguir saliendo de la escuela con la idea de que los van a contratar. Más bien con el propósito de generar su propio espacio laboral?.
Aún así, asegura, ?los que llegan a la Universidad tienen mayores posibilidades de encontrar empleo, pero no les asegura que tengan trabajo de lo que estudiaron?.
Por su parte, Bermúdez dice que el riesgo de que un joven no se desarrolle profesionalmente genera frustración. ?Cuando no encuentran trabajo se vuelven agresivos, caen en drogas o alcoholismo o simplemente viven amargados toda su vida?.
Además, el no tener dinero, dice, perjudica a las personas porque si no tienen ingresos no pueden acceder al mundo que les muestra la publicidad, el de los autos, el de la ropa o simplemente el de la independencia familiar. ?Hay un bombardeo por consumir por todos lados y el problema es que cuando los jóvenes no tienen para hacerlo les genera una frustración muy grande?.
?El trabajo da identidad. La gente te reconoce por lo que haces. Siempre que te presentan con alguien la frase es: te presento a tal (persona) que trabaja en tal lugar o se dedica a tal cosa. Por lo que los jóvenes tienen que buscarla?, sostiene a su vez, Pérez Islas.
Fraude
Patricia Kurczayn, especialista en derecho del trabajo e investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, asegura que las empresas hacen una simulación laboral con el sector juvenil de la población y que esto es un fraude.
?La persona que trabaja, responde a un jefe, a obligaciones y tiene un horario, debe recibir un pago por vacaciones, pago del séptimo día de descanso, afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y aguinaldo, de no ser así se está violando la Ley porque hay una relación laboral y, por lo tanto, esa persona posee todos los derechos que marca el Artículo 13 de la Constitución y al Ley Federal del Trabajo?.
Recuerda que todo trabajador adquiere derechos desde el primer día que asiste a un empleo y que todos estos jóvenes podrían presentar una demanda ante la Junta de Conciliación y Arbitraje por incumplimiento en el pago de prestaciones de Ley.
Explica que un contrato de honorarios es un contrato civil donde el empleador y el empleado pueden dar por terminado el acuerdo cuando cualquiera de las partes lo desee. Un contrato laboral no puede terminarse cuando las personas quieran terminarlo. ?Las empresas no pueden despedir a un empleado así porque sí?.