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Judas Iscariote

Gilberto Serna

No he podido saber, a pesar de que han transcurrido cerca de dos milenios, ni creo que lo llegue a saber algún día, qué fue lo que empujó a Judas Iscariote, uno de los doce discípulos de Jesús, a venderlo dándole un beso en la mejilla. Los evangelios no lo dicen. Se concretan a señalar el hecho de que fue aprehendido en un huerto. Imaginemos la escena. El divino Maestro en medio de los que después serían sus apóstoles, encargados de predicar el Evangelio. El arribo de los centuriones acompañados de Judas con las teas encendidas iluminando las caras de los presentes. He de pensar que Jesús tenía dotes adivinatorias pues no solo señaló a quien lo traicionaría sino que además refirió a que esa misma noche, antes de que cantara el gallo, Pedro lo negaría tres veces y junto con los demás le abandonarían. Habló de que luego resucitaría. Sus cualidades de taumaturgo lo descubren cuando realiza varios milagros del cual destaca la resucitación de Lázaro, el endemoniado, la curación de los ciegos y del leproso, la multiplicación de los panes, la caminata sobre el mar y demás portentos de que dan cuenta las sagradas escrituras.

Era la codicia, la envidia, la suspicacia, el encelamiento o simplemente la mezquindad, ¿quién es capaz de saberlo con certeza?, los que condujeron al Iscariote a tener que soportar el infierno de una vida de remordimientos que pretendió sacudir saliendo por la puerta falsa. La pregunta que se antoja es: ¿amaba a Jesús?, si así era ¿por qué ayudó a su inmolación? El tiempo ha corrido un velo que sólo deja lugar a las especulaciones. ¿Qué alentó a Judas a traicionar al cordero de Dios?, ¿se dio cuenta tardíamente de su craso error?, ¿en verdad se ahorcó? Si hemos de avalar a San Lucas, Satanás se apoderó de Judas para cometer la maldad. De ser así ¿cuál es el tamaño de su culpa? El hijo de Dios anteriormente había efectuado exorcismos, recordemos al que dijo que porque eran muchos demonios su nombre era legión, a cuyos espíritus inmundos envió Jesús a que habitaran en una piara de cerdos que una vez penetrados hizo despeñar en el mar. En el caso de Judas, Jesús había advertido que Satanás va tras de vosotros para zarandearlos, como el trigo cuando se criba.

En el evangelio de San Mateo se dice que Jesús en la última cena señaló que uno de los doce que lo acompañaban en ese instante le haría traición, añadiendo ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado! ¡Mejor le fuera al tal si no hubiese jamás nacido! Judas tomó la palabra, diciendo: ¿Soy quizá yo, Maestro?, respondiéndole Jesús: tú lo has dicho, tú eres. Coinciden en ello los evangelios de San Mateo y San Marcos. Todo lo hasta aquí expuesto lo traigo a colación por lo que publica una revista de distribución mundial que se edita en Estados Unidos de América, que hace referencia a un supuesto Evangelio de Judas en el que se señala que el Iscariote fue un instrumento para glorificar a Jesús, según un antiguo documento encontrado recientemente. Hay aquí una notable diferencia con el Evangelio cuyo pasaje anecdótico ilustra en su pintura Leonardo da Vinci en su conocidísima recreación de la última cena donde a los apóstoles nada más les falta hablar, viéndose a Judas preguntar si la persona a la que Jesús se refiere es él.

Se ha de creer, por la fe, que lo dicho hasta aquí es la Palabra de Dios teniendo como autores materiales a los hagiógrafos. Los Libros que componen la Sagrada Biblia se reconocen como inspirados por el Espíritu Santo. Evangelio significa literalmente “buena nueva” y hace referencia a la vida y la doctrina de Jesús. La Iglesia no niega la autenticidad al recién aparecido Evangelio de San Judas, pero lo ha tachado de herético pues si bien ha sido sometido a la prueba del carbono 14 que lo fechó entre el siglo II y III de la era cristiana, en algunos puntos contradice dogmas sobre los cuales esta apuntalada la santa Iglesia Católica y es contrario a lo asentado en los evangelios aceptados por el mundo cristiano. En fin, traidor o no traidor, no quisiera estar en sus sandalias. Lo que sí es que con su actitud desleal construyó un mundo de creencia en el Redentor dando paso a la era cristiana, que es algo que, aun habiéndolo hecho por razones ajenas a la salvación de las almas, mucho contribuyó a ello. “Más le valiera no haber nacido” ¿es el anuncio de un terrible castigo celestial o es tan sólo una expresión que hizo el hijo del hombre para estar acorde con su condición humana? Después de todo Dios es toda bondad.

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