El País
MADRID, ESPAÑA.- Con cinco millones de copias vendidas de su primer disco, Keane disputan a Coldplay el trono del pop sensible. Con el segundo estos ingleses van a por todas.
Cada vez que veo a Tom Chaplin, la mente se me escapa hacia los libros de Guillermo Brown. El personaje de Richmal Crompton era un gamberrete que alteraba la mortecina vida de un pueblecillo inglés al frente de una pandilla, Los Proscritos, en enfrentamiento perpetuo contra los usos y costumbres de sus mayores.
Pero, ojo, Chaplin (26 años) no me recuerda a Guillermo y compañía. Con esa carita sonrosada que corona un cuerpo grandote, el vocalista de Keane parece la reencarnación del archienemigo de Los Proscritos, Huberto Lane, niñato rico y consentido.
Se le dice y se queda impávido: ?No he leído esos libros, aunque alguno había por casa?. Se los recomiendo fervientemente -?John Lennon se formó leyendo las aventuras de Guillermo?-. En realidad, Chaplin y sus colegas son gente afable. Y laboriosa: se pliegan a combinar una jornada de promoción con un día de concierto en Madrid.
Tom Chaplin. Nos pasamos muchos años sin que nadie nos hiciera caso. Si ahora nos requieren desde los medios, estamos felices de cumplir. Aun así, manda el reloj. La entrevista se hace deprisa y corriendo, con personal de su discográfica lanzando gestos de urgencia desde que enciendo la grabadora. Ya, ya voy?
-En su caso ¿Cómo se manifiesta lo de ?sexo, drogas y rock and roll??
Pues aquí, en España, es compras, tapas y lo que tocamos, que quizá no sea muy rock and roll. Pero es demasiado intenso para ser considerado pop.
-La vida de estrella del rock, ¿es como te la habías imaginado?
Siempre nos habíamos reído de (el falso documental) Spinal tap, y luego resulta que tiendes a hacer cosas muy parecidas. Pero el objetivo nunca fue convertirnos en estrellas.
-¿Debemos creernos eso?
Si eres de un pueblo tan pequeño como el nuestro (Battle, en Sussex), la posibilidad de triunfar es tan remota que ni te lo planteas. Nuestro sueño era expresarnos musicalmente: poder grabar nuestras canciones y tocarlas ante un público un poco atento, eso era lo máximo. Jamás, jamás pudimos imaginar que venderíamos millones del primer disco o que actuaríamos fuera del Reino Unido.
-¿Contaban con el respaldo de sus padres?
Por un lado, nos bajaban los humos: no querían vernos decepcionados y preferían relativizar todos nuestros avances. Pero, secretamente, estaban con nosotros y querían que tuviéramos un buen equipo, revisaban los contratos, criticaban nuestras canciones. Mi padre, que es maestro de escuela y una persona muy tranquila, se enfadó un día: quería que incorporáramos a un guitarrista y pasáramos de tonterías?
-El ?sin guitarra? ya es la gran seña distintiva de Keane, pero choca que llevéis tantos elementos musicales pregrabados. Eso supone una limitación para alguien que presume de hacer canciones emocionales.
Ya, es verdad. A veces echamos de menos a un bajista de verdad, pero luego recordamos que lo que nos hace únicos es ese espíritu de ?tres chavales contra el mundo.?
Estamos juntos desde 1997; hemos tenido a un guitarrista en la formación y seguro que terminaremos trabajando con otros músicos. El problema periodístico de Keane es su normalidad, poco fértil para titulares.
Tom se muestra tan razonable que parece optar por darte la razón antes que discutir. Resulta refrescante tal carencia de pretensiones, pero su sentido estético parece un tanto? atrofiado. Tom confiesa una devoción particular por los noruegos A-Ha -?Lo pasaron tan mal como nosotros y también venían de un lugar periférico?- que le lleva a proclamar Take on me, el gran éxito comercial de aquella banda, como ?el perfecto single de pop?.
-Supongo que en algún momento escucharán algo más rompedor?
Bueno, tuvimos una fase Pet Shop Boys. Grandes melodías pop y letras muy personales, una fórmula envidiable. Pero ellos son demasiado rígidos en el escenario. A nosotros nos gusta desmadrar.
-¿Os han intentado manipular? Quiero decir en términos de sonido o de decisiones profesionales.
Como hemos pasado demasiado tiempo llamando a muchas puertas, hemos visto de todo. Nos han ofrecido tantas cosas que luego resultaron mentiras? No creo que haya atajos para llegar al éxito. Nos insistían para que nos instaláramos en Londres. ?Tendréis más oportunidades?, decían. Pero allí es fácil perderse, ceder a la tentación de seguir tal o cual moda.
-¿Tienen algún consejo para las bandas novatas?
Que lo importante es mantener la libertad creativa. Y aprender de lo bueno y lo malo que te ocurra. Hay cursos para desenvolverse en la industria de la música, pero lo mejor es seguir tus instintos y saber corregir tus equivocaciones.
-Ya no nos queda tiempo. Algo rápido sobre el nuevo disco?
Es bastante sombrío. Al principio pensábamos que respondía a un problema interno, cierta falta de comunicación que nos ha traído el éxito. Pero pienso que se trata de algo generacional. Vivimos con miedo: nuestros líderes nos llevan a la guerra aunque no queramos, nos estamos cargando el planeta, mil cosas. La sensación general va de la impotencia al miedo. Eso es lo que cuenta el disco.
