EFE
LONDRES, Reino Unido.- El actor estadounidense Kevin Spacey, director artístico del teatro Old Vic, de Londres, rechaza que el fracaso del montaje de una obra de su compatriota Arthur Miller encargado a Robert Altman presente un bache en su carrera.
La puesta en escena de Resurrection Blues, de Miller, con Maximilian Schell como protagonista, ha sido ferozmente criticada por la prensa londinense y el teatro ha decidido retirarla de cartel una semana antes de la fecha inicialmente prevista. En declaraciones al diario The Guardian, Spacey explica que nadie en principio pensó que era ?una mala idea? la de contratar a un gran director (de Hollywood) como Altman para montar la última obra de Miller.
Spacey dice no creerse lo afirmado ?malévolamente? por Altman en el sentido de que no conocía esa obra antes de comenzar el montaje: ?se la sabía de principio a fin y de fin a principio?, asegura.
El problema, explica, es que cuando la producción se presentó a la crítica, todavía no estaba madura: ?llegó la noche del estreno y los actores desgraciadamente sufrieron un ataque de nervios como no he visto nunca?.
Maximilian Shell estaba tan nervioso, según los críticos, que la noche del estreno ni siquiera parecía capaz de poner en su sitio el auricular de un teléfono, y para agravar las cosas, la actriz Jane Adams dejó plantada a la compañía tras empujar supuestamente a otro actor de forma tan violenta que éste casi se cae del escenario.
Pese a todos esos incidentes, Spacey afirma que las representaciones mejoraron día tras día hasta resultar perfectamente presentables y agrega que ?toda compañía ha tenido alguna vez una experiencia similar sin que la crucifiquen? como ha ocurrido esta vez.
