Torreón, Coah.- Como si fuera el último día de clases, el ?Maestro? faltó, en el Estadio Corona había muchos lugares vacíos que muestran el desaliento de la afición, aunque los arriesgados que estaban presentes tenían la esperanza de presenciar el primer triunfo albiverde o quizá la despedida anunciada de Galindo.
Antes del juego se realizó un minuto de silencio a favor de los mineros que perecieron en San Juan de Sabinas, las tribunas envían su apoyo con aplausos. Puede ser que el Chivas-América sea más atractivo que vivir la angustia de no saber si se puede conseguir un buen resultado para Santos Laguna.
Posiblemente lo más triste es que el ánimo en las tribunas cada vez se extingue, la ?santosmanía? seguirá guardada para otras ocasiones. Los aficionados sólo piden que su equipo vaya en busca del gol, que juegue con entrega y no sólo que salga al campo. El rival en cuestión es el Necaxa, un equipo que conoce muy bien su esquema, fiel a su forma de atacar y de esperar en el momento justo para dar su ataque mortal. Los Hidrorrayos pueden no ser los dueños en el terreno de juego, pero sí saben apoderarse casi totalmente del tiempo.
Desde que se presentan a la cancha con el desenfado, esperando sólo un poco para deshacerse del enemigo. La moda Aguado-Lapuente llega a la banca del Santos Laguna luego de que el ?señor? Benjamín Galindo, como lo presentó el sonido local, no pudo estar en el terreno y tenía que enviar sus indicaciones a Marcelino Bernal por un intercomunicador.
Treinta seguidores del Necaxa se colocaron muy bien distribuidos y parecían una barra muy amplía. Durante los tiros de esquina se revivían aquellos viejos cánticos que con la mano en forma de hacha animaban al ataque santista, pero no hay respuesta, al contrario, pocos ya los recuerdan.
El problema de los Guerreros es que quieren jugar como los equipos grandes, sin embargo, no pueden realizar ni lo justo, sólo se queda en momentos de lucimiento individual pero con grandes fallas en lo colectivo. Un ejemplo fue la gran faena de Matías Vuoso en el área necaxista, sólo le faltó concluir en gol. Pero de ahí en más, nada que rescatar, salvo un momento de deportivismo cuando el ?Chupa? López le amarró las cintas de los tachones a Mauricio Caranta.
En las tribunas la Komún envía sus saludos al pequeño reducto que viene a apoyar al Necaxa. Las fuerzas del orden ponen calma entre los dos bandos. El tiempo pasa y no hay cambios, todo es desesperación, el ?Maestro? quizá estaba haciendo las maletas. Vuoso se echa el equipo en los hombros, pero su esfuerzo se estrella con la defensa hidrocálida.
Santos iba adelante y parecía que tenía controlado el partido, sin embargo, y ?como de rayo?, Necaxa realiza un contragolpe letal, que mata toda posibilidad de resurrección al proyecto de Galindo. De hecho los aficionados se meten con Rafael Medina, de quien se esperaba un mejor juego después de lo demostrado en los últimos dos juegos. El ?Pony? Ruiz recibió abucheos porque no pudo pasar un centro con ventaja para los albiverdes y Gerardo Espinoza no se cansa de romper el juego, no proponer o crear, sólo tirar a cualquier lugar.
La crisis crece, hay gritos en todas partes, dentro y fuera de la cancha, pero de pronto Jair García logra el tan ansiado gol, ya no queda mucho tiempo. Con esto casi finaliza el proyecto Galindo, que queda en deuda. Todos salen con caras de preocupación como si al final se fueron a examen extraordinario.
