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La caída

Salvador García Soto

Los últimos días de Hitler, narrados con crudo realismo en la película alemana “La Caída”, dejaron ver como un político que estuvo en la cima y acarició el poder puede volverse ciego y autista cuando la realidad le cambia radicalmente; y aunque los que le rodean le digan que tiene que hacer algo para enfrentar la adversidad, él, autoritario, no escucha y sigue hablando de victorias y ejércitos que están siendo arrasados por el poderoso enemigo. Algo similar le ocurre en estos momentos al candidato Andrés Manuel López Obrador.

Mientras en su entorno los generales y estrategas más cercanos y experimentados de su campaña están preocupados y le dicen, de un modo y de otro, que hay que hacer cambios drásticos y replantear urgentemente la estrategia, el tabasqueño oye pero no escucha a sus asesores, les dice tal vez que sí, pero termina por no hacerles caso. Y aunque permita algunos cambios, López Obrador sigue apostando sólo a lo que él cree, a su muy personal convicción de que con su congruencia y sus principios le alcanzará para derrotar al inmenso poder del dinero y los enormes intereses que se mueven con Felipe Calderón.

Más cerca del iluminado que cree que su fe lo llevará a vencer, que de un candidato que trabaje con orden y estrategia para ganar la Presidencia, Andrés Manuel no parece percibir que en su entorno inmediato, entre sus operadores de más nivel hay preocupación porque no ven en su candidato una reacción racional y práctica ante la adversidad. Hombres como Manuel Camacho, Ricardo Monreal, Porfirio Muñoz Ledo, expresan en corto cierta desesperación porque, con todo y su cercanía, no logran hacerse escuchar por el candidato. El resultado final es que no hay unidad ni coherencia en la estrategia de López Obrador. Sus estrategas intentan cambiar, pero el candidato sigue con su mismo discurso victimizante e insiste en disparar contra Fox, un blanco que ha sido letal para él.

Sus nuevos spots publicitarios intentan presentarlo como “ líder carismático, amable y cercano a la gente” , mientras él se dedica en noticieros y programas estelares a defenderse con una vehemencia que lo hace ver desesperado. Botón de muestra del desorden y autismo que tiene alarmados a los estrategas lopezobradoristas, es cómo prepara Andrés Manuel el próximo debate presidencial que tendrá lugar el seis de junio. Lejos de trabajar con asesores que lo entrenen y lo preparen para transmitir su mensaje y reaccionar ante seguros ataques de sus adversarios, el perredista no acepta entrenamiento y dice que él solo, con su congruencia y sus principios, ganará ese debate que puede ser decisivo para su campaña.

Cuando la adversidad lo fue cercando, un Hitler colérico, descompuesto, les ordenaba a sus generales enviar tropas al frente y organizar ataques sorpresa para frenar el avance de los aliados que ya en ese momento estaban en las calles de Berlín.

Los generales nazis, angustiados y confundidos por el delirio que ya veían en su Fürer trataban de decirle de diversas maneras que no quedaban tropas, que los ejércitos alemanes estaban siendo arrasados ante la fuerza implacable de los aliados y que tenía que moverse de inmediato si quería salvarse. Pero Hitler ya no los escuchaba y, creyendo hasta el último momento en su superioridad, prefirió inmolarse antes que escuchar a sus leales generales. ¿López Obrador también irá hacia la inmolación?

Notas Indiscretas...

En la remota y fría Dinamarca, cual confundida Ofelia, Beatriz Gutiérrez Müeller se toma tiempo para pensar. Acogida por su tía política, la embajadora Martha Barcena, Beatriz se dedica a cultivarse y observa desde lejos las complicadas faenas de Andrés Manuel López Obrador. De su ida a tierras danesas hay dos versiones: ella afirma que fue el propio López Obrador quien le pidió tomar distancia de la campaña y alejarse para que su relación no se viera dañada en la contienda, y la otra versión se oye en el equipo del tabasqueño y dice que fue una ruptura lo que llevó a Beatriz a las recóndita tierras del príncipe Hamlet...

Se debaten los dados: “ Ser...piente o Escalera, esa es la cuestión”.

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