Yo pensaba que no extrañaría a mi perro, y lo pensé de esa manera porque a fin de cuentas era sólo un animal, es decir un perro.
Pero me fui acostumbrando a él conforme pasaba el tiempo. La primera vez que me vio se me echó encima amenazadoramente, y es que este ejemplar no tenía nada de especial en apariencia, no era bello físicamente, era una mezcla de Gran Danés con Doberman, o al menos a mí me lo parecía.
Nos conocimos después de una llamada telefónica de la señora Blanca Viesca de Vargas, quien ya contaba con tres mascotas más en su casa y uno más se había abonado al sentirse protegido y alimentado por esta señora de buen corazón, quien lo tuvo por un tiempo y le daba de comer ya que se dormía en las puertas de su casa. Tiempo después tomó la decisión de dar eutanasia a este cachorro, muy a su pesar, ya que tenía bajo su cuidado y protección a más animales de los que podía atender y por empezar ella misma a batallar con problemas de salud.
Por azares del destino se quedó este perro en el consultorio y empezó a dar señas de ser un noble y excelente guardián, razón por la cual me comuniqué con la señora Blanca Viesca de Vargas, que había sido su protectora, para pedirle que me permitiera quedarme con el animal, a lo que accedió con gusto para mi fortuna.
Y así pasaron ocho años de compañía de ?El Cubano?, compañía para mi esposa y para mí. Después llegaron mis hijos, a quienes ?El Cubano? adoptó con gusto y con un celo y una nobleza a toda prueba.
Pero tan cierto y lo único seguro en esta vida es que todo lo que empieza termina.
La vida de ?El Cubano? llegó a su fin y pensar que yo creía que no lo extrañaría, ?me sobrevaloré?, qué equivocado estaba, tal vez por pensar que siendo veterinario entendería este trance con más lucidez que cualquier otra persona, mi hijo mayor me dijo: ?¿por qué no le operas el tumor para que siga viviendo??, lo que mi hijo no alcanzaba a comprender era que en muchas ocasiones la solución está fuera del alcance del médico y sólo está en manos de Dios.
Al aplicar la eutanasia me vio por última vez con unos ojos que a mí me parecieron de venado, nos despedimos, yo con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.
Adiós ?Cubano?, gracias por esos ocho años de amistad sincera, protección para mi familia y para mí. Deseo que como llevaste una buena vida, justo es que también tengas una buena muerte, le dije al empujar la última parte del embolo de mi jeringa.
?Y pensar que creí que no te extrañaría ?Cubano?.
¿Dudas?
miguel_daviladavila@hotmail.com
ADÓPTANOS
Somos las Domimascotas Zonzo y Jimena.
Zonzo: Macho, negro, cruza de Doberman, dos años aprox., noble, cariñoso y obediente, esterilizado y vacunado. Yo era un fiero guardián de taller, pero me quisieron envenenar y me dejaron ciego. Me abandonaron en un pozo y afortunadamente sobreviví. Puedo vivir en un espacio amplio y ser buen compañero, ya que mis sentidos del olfato y del oído se han desarrollado debido a mi carencia de la vista. No soy una carga, puedo jugar con otros canes normalmente y me acostumbro rápidamente a mi entorno, por favor ¡sáquenme de aquí!, ya no aguanto a esta chucha gritona y latosa que está a mi lado.
Jimena: Hembra, café, criolla, ocho meses, vacunada y esterilizada, noble, alegre, cariñosa, obediente y ladradora (gritona, dice mi cuate de a lado). Mi historia, la misma tragedia de otras mascotas, ?abandonada?, te suplicamos que nos des una segunda oportunidad, no te arrepentirás, no esperes más, sólo tienes que llamar al 752-64-70, o envíanos un correo a: lacasadedomi@hotmail.com, somos gratis, sólo pedimos el compromiso moral de que seremos bien cuidados y no regresaremos a las calles, ayúdanos como ya lo han hecho las familias Zavala y Dávila, adoptando a Chuchín, Manola y Sammy, muchas gracias. Anímate, más fotos en:
http://groups.msn.com/RefugioLaCasadeDomiA-C-
Hasta la próxima, Domi.
