En esta época del año nos encontramos con un sinfín de reuniones y comidas que acompañan de muy diverso tipo, la mayoría pensadas en satisfacer la mente y no el cuerpo, es decir comidas en las cuales no se cuida la salud de ninguna manera y que generan acidez, gastritis, reflujo, úlceras, etcétera. Además del consumo excesivo de café, alcohol y tabaco, mismos que acidifican la sangre y nos enferman.
Le sugiero que sea cual sea su alimentación siempre después de cada comida tome invariablemente té de salvia, esta bebida inhibirá la bomba de ácido hidroclorídrico en el cuerpo y evitará la acidez perniciosa, además de generar una excelente digestión. Si al llegar a su casa puede usted licuar una papa cruda con cáscara en agua y beber un vaso de este jugo, eliminará por completo cualquier estado de acidez y podrá comer textualmente lo que sea; la papa es tan eficiente o más que una dosis de ranitidina, nos permite consumir irritantes como chile, alcohol o café sin que se irrite nuestra mucosa gástrica, por lo cual verá usted que protegerse en estas fiestas es mejor que rehusarse a convivir.
Por la noche, inmediatamente antes de dormir, un buen vaso de leche enzimática, y también al levantarse, en ayunas, suplirá las deficiencias de enzimas de la comida cocida que carece de enzimas y le generará un sano permiso de comer alimentos cocinados durante el día, es decir, leche enzimática para prevenir estados hiperácidos generados por mala alimentación.
Si desea proteger su hígado de los efectos perniciosos del alcohol, dos pastillas de silimarina en cada comida y una bedoyecta antes y después de la fiesta es lo ideal.
La silimarina protege su hígado de perder sus hepatocitos e inflamarse, y la bedoyecta impedirá una cruda aguda al día siguiente, y si además puede consumir antes de dormir una aspirina y un vaso grande de leche enzimática, al día siguiente no habrá efecto nocivo alguno.
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Hasta la próxima...