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La derrota/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Una victoria más como ésta y estaremos perdidos”. Pirro

Es verdad que durante mucho tiempo hemos sido campeones del “ya merito”. ¿Cuántas veces nos quedamos a punto de pasar a una siguiente fase de una Copa del Mundo por un penal mal tirado o por un gol de último minuto? Con estas experiencias, no deberíamos quejarnos mucho de que esta vez hayamos pasado “de panzazo”, esto es, sin merecerlo.

Muchas veces hemos tenido victorias con sabor a derrota: triunfos que no nos permiten pasar a una siguiente ronda, victorias en partidos de consolación cuando lo verdaderamente importante lo hemos perdido ya. Ahora nos ha tocado exactamente lo contrario: una derrota dolorosa pero que nos permite dar un paso más en el Mundial. Es verdad que estas derrotas tienen un sabor tan amargo como las victorias de consolación, pero cuando menos nos permiten avanzar a la siguiente ronda.

La derrota ante Portugal, de hecho, por lo menos está cumpliendo con una función práctica. Nos está ayudando a colocar a la Selección Nacional en su verdadera dimensión. No es el peor equipo del mundo. Es una escuadra que tiene lo suficiente para vencer a Irán y para empatar con Angola, pero no para triunfar sobre un equipo europeo como Portugal.

La publicidad hizo creer a muchos mexicanos que teníamos un equipo mejor que eso. El equipo nacional llegó a la Copa del Mundo en el cuarto lugar en la clasificación de la FIFA. Pero nadie nos explicó que esto se debe a que estamos en una zona muy débil de clasificación, la de Concacaf, por lo que acumulamos triunfos ante equipos muy malos, y a que en el sistema de la FIFA los triunfos como visitante cuentan más, incluso en los partidos amistosos. Esto significa que una victoria de la Selección Nacional en Los Ángeles, California, nos da más puntos porque nominalmente somos visitantes. Poco importa que en realidad un juego del equipo mexicano en casi cualquier lugar de Estados Unidos es un juego como local.

Quienes verdaderamente conocían las posibilidades de la Selección Mexicana en esta Copa del Mundo pronosticaron con bastante precisión lo que iba a ocurrir. México pasaría a la segunda fase del torneo. No en balde estábamos en el grupo D, el más débil de todos. Irán y Angola difícilmente podían detenernos. Quizá lo único que falló en los pronósticos fue pensar que México podría ser superior a Portugal y para terminar en primer lugar del grupo. Pero al fin y al cabo el error es pequeño.

Esos mismos pronósticos siempre consideraron que la carrera de México en este Mundial terminaría en los octavos de final. La contraparte de participar en el grupo más débil en la primera fase era que nos tocaba eliminarnos con los sobrevivientes del grupo más fuerte en la segunda. Al final, después de un empate a cero con los Países Bajos (Holanda), nos ha tocado enfrentarnos en octavos de final a Argentina. Lo más probable, especialmente tras ver jugar a Argentina y a nuestra propia Selección, es que ahí termine nuestra aventura mundialista.

Si este pronóstico se cumple, no habremos llegado ni más cerca ni más lejos de lo que se esperaba. Aun cuando la escuadra nacional hubiera arrasado en el grupo D, difícilmente se podría haber esperado que arribáramos a octavos de final como favoritos frente a Argentina o los Países Bajos. Por lo tanto, si bien la derrota con Portugal ha dejado un amargo sabor de boca, la verdad es que hemos llegado exactamente hasta donde se preveía.

Si queremos avanzar más lejos en alguna futura Copa del Mundo debemos hacer un trabajo más intenso desde abajo. Es bien sabido que ni los equipos profesionales, ni la Federación de Futbol ni el Gobierno mexicano invierten lo suficiente en fuerzas básicas. En los países que tienen éxito siempre en los Mundiales hay un esfuerzo permanente a nivel de escuelas que nosotros simplemente no hacemos.

¿Lo podemos hacer nosotros? Algo se ha logrado ya, por supuesto. El éxito de la Selección Sub 17, campeona del mundo, es un ejemplo de lo que se puede lograr. Sólo que es importante ampliar la cantera de nuevos jugadores.

Uno puede pensar que el deporte de alto rendimiento, que es muy costoso, no debe ser una prioridad para un país con tantas carencias como el nuestro. Pero yo pienso que eso es un error. Pocas actividades generan un espíritu de comunidad más sólido que el deporte de alto rendimiento. Ganar una medalla olímpica o un campeonato mundial tiene efectos inmediatos de enorme beneficio para la psique de un país. Pero para lograr eso hay que hacer un trabajo muy intenso que en este momento no estamos realizando en nuestro país.

PUBLICAR SIN SABER

No me preocuparía que el presidente Vicente Fox hubiera estudiado todos los pros y los contras, y finalmente hubiese decidido que la nueva Ley de Radio, Televisión y Telecomunicaciones era adecuada y por lo tanto había que promulgarla. Es la explicación de que el presidente no se enteró de una serie de observaciones en contra de la Ley hechas por su propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes lo que me inquieta. Una cosa es que los consultores jurídicos le den opiniones al presidente. Otra muy distinta es que éste promulgue una Ley sin haber tenido frente a sí toda la información pertinente.

Correo electrónico:

sarmiento.jaquemate@gmail.com

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