COLOR DE ROSA| El enamoramiento es un complejo proceso en el que intervienen diversas sustancias cerebrales que provocan estados alterados de la consciencia.
MEXICO, D.F (EL UNIVERSAL-AEE).- El amor es más fácil sentirlo que entenderlo. El enrojecimiento de las mejillas, la aceleración del corazón y la sudoración de las manos son síntomas claros de que cupido ha lanzado sus primeras flechas.
Aunque, también de que el cerebro ha comenzado a liberar endorfinas, encefalinas y serotonina, sustancias cuya acción prolongada provocan falta de apetito y euforia y hacen que el individuo lo vea todo de "color de rosa", esté alegre y sienta que flota entre nubes.
Para los científicos, el enamoramiento es un complejo proceso en el que intervienen diversas sustancias cerebrales que provocan estados alterados de la consciencia, porque las emociones quedan fuera de control.
Para la sicóloga Ruth Márquez Mejía, el enamoramiento es una droga, pero esto es normal, porque el cerebro produce una gran cantidad de estas sustancias de forma natural que reciben el nombre de neurotransmisores.
Márquez afirma que se trata de "sustancias producidas por una célula nerviosa capaz de alterar el funcionamiento de otra célula de manera breve o durable", por este mecanismo podemos percibir nuestro entorno desde que nacemos y desarrollamos emociones y habilidades que nos permiten aprender, tener atención, movernos y recordar, pero también amar y odiar.
"La química"
En el caso específico del amor, los neurotransmisores que produce el cerebro en grandes cantidades son endorfinas, encefalinas y serotonina.
Las endorfinas, encefalinas y serotonina son sustancias relacionadas con el placer y generadas por las neuronas especializadas localizadas en el hipotálamo, una glándula que se encuentra en la parte central del cerebro, en la que se realizan una serie de conexiones con otras neuronas encargadas de las emociones, la memoria, el aprendizaje, el sueño, la vigilia y el hambre, entre otras actividades.
De acuerdo con los expertos científicos, las endorfinas tienen una composición química similar a la del opio y la morfina, por lo que también suele llamárseles opiáceos endógenos.
Diferentes teorías
Sin embargo, queda una duda: ¿Por qué nos enamoramos de una persona en particular y no de otra?
Las investigaciones que se han hecho al respecto sugieren que hay ciertas cosas que todos buscamos -incluso sin darnos cuenta y se han elaborado diversas teorías al respecto.
Imagen de nuestros padres
Una afirma que en el inconsciente tenemos la imagen de nuestros padres y en el fondo buscamos rasgos que nos identifiquen con nuestra madre, en el caso de los varones, o con nuestro padre, en el caso de las mujeres, porque representa al ideal de "persona" con el que crecimos.
"Espejo"
Una más, llamada "del espejo", sugiere que nos enamoramos de las personas que se parecen a nosotros mismos, es común ver matrimonios que parecen hermanos; o bien, buscamos aquellos que representan todo lo que aspiramos ser, por ejemplo, una persona emprendedora o dinámica.
La teoría de la correspondencia afirma que nos identificamos mejor con aquellos individuos que tienen una historia similar a la nuestra.
Sólo química
Hay otra que dice que todo es cuestión de feromonas, sustancias secretadas por algunas glándulas que se encuentran en las axilas, cerca de los labios, en los pezones y las ingles, entre otros lugares.
Este es uno de los temas de investigación más recurridos, porque de acuerdo con los científicos los olores que se desprenden de estos órganos son detectados por uno que se ubica en la nariz y los investigadores aseguran que ésta puede ser la clave para escoger a la pareja adecuada.
Mejorar la especie
Finalmente, está la teoría que defienden algunos biólogos y que está relacionada con nuestros genes. Para ellos, buscamos a una pareja para perpetuar la especie, por lo que escogemos a aquella que tenga las mejores condiciones para que nuestros genes se mezclen de manera ideal.
