Los europeos pasan de un asunto a otro, cual más el más delicado. Del tema de las caricaturas del odio y la reacción en el mundo musulmán, pasaron en un tris a un problema que se percibe delicado: el de la gripe aviar... Y no es para menos. En poco más de una semana, hasta el pasado 20 de febrero, el virus ya había dado muestras de su presencia en Italia, Grecia, Alemania, Francia, Austria y Eslovenia. En todo caso, de 2003 a la fecha, el virus brincó del sureste asiático hacia África y de ahí a Europa. Y, casualmente, en casi todos los casos europeos, las aves infectadas han sido silvestres, que es decir, no se encuentran en cautiverio, de ahí que los gobiernos europeos hayan decidido iniciar una alerta en criaderos de aves de corral, a fin de evitar la propagación de la epidemia.
De cierto, los gobiernos europeos han mostrado preocupación por el tema, aunque los ciudadanos de a pie mantienen un cierto escepticismo al respecto y esperan que sus autoridades encuentren la solución al problema, sobre todo porque la alimentación a base de pollo es parte de la dieta universal y, muy particularmente, europea.
Pero ¿cuál es la preocupación real de los europeos al respecto? Ciertamente el tema no tiene solamente las aristas médicas, que es decir, el temor de que la enfermedad pudiera ser transmitida a seres humanos. Hasta la fecha hay suspicacias al respecto, pero nada firme, no obstante un poco curándose en salud, quiere evitar situaciones extremas como las ocurridas en el pasado. De hecho, los científicos están temerosos de que esta enfermedad aviar mute, se adapte al hombre y cause una tragedia mayor.
Particularmente les preocupa una pandemia de gripe como las ocurridas en 1918, 1957 y 1968. Y decíamos que el problema no tiene solamente las aristas médicas, para lo que, de hecho, han comenzado a producir vacunas en cantidades mayúsculas. Les preocupa la parte financiera del tema, pues una infección creciente obligaría a los gobiernos a sacrificar a miles o millones de aves de corral, que es decir de consumo humano. De hecho, el 20 de febrero, el Consejo de Agricultura, que reúne a los ministros del ramo de la Unión Europea -curándose en salud- dijeron que ven muy difícil otorgar -por el momento- ayudas económicas extraordinarias a los productores afectados por el descenso en el consumo de pollo en Europa. Y es que, tan sólo en Italia, el consumo de pollo ha caído en un 70 por ciento y en Grecia en un 40 por ciento. Todo ello representará un problema económico muy serio.
De tal forma, la gripe aviar, se está convirtiendo de un asunto de salud a uno financiero y de ahí, saltará, sin duda, al de la decisión política porque los europeos querrán soluciones al problema, no la exposición de la crisis, como es el caso del anuncio de que hay muchos tipos de virus de la gripe aviar, pero el H5N1 (denominado así por dos proteínas en su cubierta) parece ser el más agresivo y el que mejor se ha adaptado a la biología de las aves.
Lo que es cierto es que en Europa todo esto ha generado un gran temor sanitario, una gran atracción mediática y, sin duda, una observación cuidadosa de los habitantes de los países que tienen muestras de aves infectadas, sin que hasta el momento se les haya otorgado una solución o la persuasión de una pronta salida al problema.
Por lo pronto, el resto de los países europeos han comenzado a tomar medidas precautorias a fin de evitar el contagio entre sus aves de corral, lo que podría significar un encarecimiento del producto -con la garantía de que no está infectado- y el sacrificio de muchas aves que, sin deberla ni temerla, serán
retiradas prematuramente de la dieta europea. El problema es serio y ha causado mucha inquietud en el viejo continente. En tanto los países americanos están alerta ante cualquier indicio de contagio, lo cual ciertamente no ha ocurrido en Latinoamérica. Correo electrónico: jhs@mx.inter.net
