El Universal
MÉXICO, DF.- Roberto Benigni interpreta a un poeta en medio de la guerra, en la cinta El Tigre y la Nieve, que se estrena en México. Su personaje es un buen pretexto para reflexionar sobre la importancia (o impotencia) del artista para cambiar el mundo.
-Su anterior cinta, La Vida es Bella, se ubicó en la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué decidió regresar a la guerra en esta nueva película?
-Yo no regresé a la guerra, la guerra es la que se empeña en regresar a mí. Empecé a planear El Tigre y la Nieve en 2003, justo cuando empezó la invasión a Irak; entonces yo no podía pretender que esta nueva guerra no existía. Es imposible permanecer indiferente ante los horrores, no pude esconderme de esta inverosímil y estúpida guerra.
-En este mundo de guerras, ¿para qué sirve la poesía?
-La poesía no es acción y no puede detener batallas. Pero nos muestra la belleza de las cosas y eso es lo realmente importante. Un artista contribuye con cantar el milagro de estar vivo, ésa es su belleza.
-Si las guerras siguen, ¿su siguiente película también será sobre la guerra?
-Quiero terminar este período con una última película, como si fuera una trilogía. Todavía no estoy listo para esa tercera cinta, pero quiero que sea algo que conquiste el corazón de la gente.
-En Italia, Silvio Berlusconi es el hombre más rico y ejerció el poder durante diez años, ¿qué opina de él?
-Mi opinión de Berlusconi la sabe toda Italia, porque es una de las cosas que más aprecian en mis burlas, aún antes de que fuera un político. Mi opinión sobre Berlusconi es que basta repetir lo que él dice, para que la gente se ría.
Aprendió de Fellini
Roberto Benigni fue cirquero a los 12 años. Federico Fellini, con quien trabajó en La Voce della Luna, solía decirle que era un ?gran payaso?.
A su vez, Benigni habla de lo que aprendió del director: ?Es imposible explicar lo que sucedía cuando estabas frente a él. Era un genio. Era como una montaña y tú sabes que para apreciar una montaña tienes que alejarte lo suficiente para entender su grandeza?.
Benigni se ha convertido en un director de prestigio, a quien se le confieren millones de dólares para cada película.
-El Tigre y la Nieve costó 35 millones de dólares, ¿le preocupa el éxito de taquilla?, ¿tiene miedo de no recuperar la inversión?
-Es importante que la gente ame lo que estás haciendo, pero más importante es que seas sincero, es decir, creer realmente en lo que dices. Ese es mi sentimiento con esta cinta: yo no podía dormir en las noches, porque amaba esta idea.
En verdad creía en este mundo, en donde el poder del amor es imbatible. Cuando eres sincero no existe el miedo. Si no tienes éxito, quizá te sientas un poco desilusionado, pero puedes decir que estás en gracia contigo.
-¿El éxito le ha cambiado la vida?, ¿es difícil lidiar con la fama?
-Lo difícil es contestar esa pregunta, ja, ja. Por supuesto, es maravilloso sentirse amado por la gente, porque eso me da la oportunidad de hacer más películas. Yo le agradezco a la gente por amarme.
-¿Por qué Nicholetta (su pareja) aparece en todas sus cintas?
-Porque la respeto como actriz. Realmente amo su trabajo. Todas mis comedias tienen un secreto y ese secreto es Nicholetta.
-Jean Reno es el coprotagonista...
-Él es uno de los mejores actores del mundo y no hace distinciones para trabajar con directores. Por ejemplo, a mí me dijo que sí inmediatamente, ja, ja.