EFE
Pekín.- Los chinos en todo el mundo celebran el Festival del Medio Otoño, en el que la Luna, satélite al que las naves espaciales chinas esperan llegar el próximo año, es la gran protagonista.
El festival, también conocido como Fiesta de la Luna o Fiesta de los Pasteles de Luna, es celebrado desde hace más de cuatro mil años por la civilización china y está asociado a la leyenda de Chang E, una heroína que voló desde la Tierra a la Luna y se quedó a vivir allí.
La leyenda dice que en la noche de Luna llena, se puede ver la silueta de Chang E, y por ello millones de chinos contemplan el satélite mientras comen empalagosos pasteles redondos como la esfera lunar.
Uno de los cuentos con Chang E de protagonista relata que tal día salieron diez soles en el cielo y el marido de la bella mujer, que era arquero, derribó nueve de ellos con sus flechas, por lo que el emperador regaló al soldado una píldora que le daría la inmortalidad.
La píldora fue robada por la bella esposa del arquero, que tras tomarla empezó a flotar y voló sin quererlo hasta la Luna, donde sigue viviendo para siempre.
En homenaje a este personaje legendario, en abril del próximo año una nave llamada "Chang E I" será lanzada por China hacia la superficie lunar.
Ello supondrá el primer paso del país asiático en la exploración de nuestro satélite y un hito más en la carrera espacial de China, que ya ha enviado tres astronautas al espacio.
Este año, la fiesta de la Luna ha coincidido con las vacaciones por el Día Nacional, del 1 al 7 de octubre, lo que facilitará las reuniones familiares de inmigrantes, estudiantes y otros que viven lejos de su tierra natal.
Como todos los años, el eje central de la fiesta, los mencionados pasteles de la Luna se ven envueltos en polémica, en esta ocasión porque muchos países, entre ellos España, han prohibido por razones sanitarias que se exporte este dulce a las comunidades chinas en el extranjero.
Por ello, muchos chinos expatriados se quedarán sin el dulce, que tradicionalmente está relleno de yema de huevo o de sésamo, pero que en los últimos años está adoptando un sinfín de variedades (algo parecido a lo que ocurre con el navideño turrón).
Otra polémica ha surgido porque muchos chinos compran para regalar a amigos y familiares lujosas cajas de estos dulces, que en chino se llaman "yueping", y esto al parecer no gusta al Gobierno, que tras años de promover el consumo a toda costa ha decidido moderarse y pedir mayor austeridad.
Por ello, una nueva Ley estatal prohíbe los pasteles de luna en envases excesivamente lujosos, pero la picaresca de los comerciantes ha burlado la normativa: este año los paquetes son más sencillos, pero los pasteles de dentro más caros, e incluso hay algunos que son de oro puro, valorados en miles de dólares.
La fiesta coincide con el equinoccio de otoño (fecha en la que el día y la noche tienen igual duración) y en el calendario lunar chino es el 15 de agosto, aunque en el occidental cada año cae en una fecha diferente.
Normalmente es en septiembre, pero esta vez cayó en octubre, más tarde que de costumbre, porque el calendario lunar chino de 2006 ha tenido dos meses de julio.
Los chinos añaden un decimotercer mes cada dos o tres años para así ir más o menos al mismo paso que el calendario occidental, ya que el gregoriano tiene 365 días y el oriental sólo 360.
Los chinos creen que es en esta época cuando la Luna llena es la más grande y brillante del año, y de hecho la que se podrá ver hoy será, según los astrónomos, la mayor en nueve años, debido a que estará más cerca de la Tierra que en otras ocasiones.