La llamaad "escarabajo espacial" tiene 40 años al servicio y sigue siendo la nave espacial más perfecta y esbelta de todos los tiempos.
Moscú, (EFE).- Soyuz, una pareja integrada por la nave TMA-8 y el cohete FG, que llevará hoy a la órbita al astronauta brasileño Marcos Pontes, es el vehículo espacial más antiguo pero también el más seguro y económico del mundo.
Desde que en noviembre de 1963 despegó su primer predecesor, mucho menos sofisticado, por supuesto, han volado al espacio más de ocho centenares de artefactos de este tipo, entre tripulados y automáticos.
Podría incluso llamársele "escarabajo espacial", pues no sólo los 40 años de servicio y su fiabilidad permiten comparar el Soyuz al legendario automóvil de la VW.
Diseñadores y astronautas rusos y extranjeros aseguran que sigue siendo "el cohete más perfecto y esbelto de todos los tiempos".
En realidad, el cohete portador es aún más antiguo, pues, aunque perfeccionado en centenares de modificaciones, a primera vista sigue siendo idéntico al mítico R-7, diseñado por el padre de la astronáutica soviética, Serguéi Koroliov.
El R-7 fue el primer misil balístico intercontinental de la URSS, luego, en 1957, se convirtió en el portador del Sputnik, primer satélite artificial, y en 1961 catapultó Yuri Gagarin, el pionero del Espacio.
El cambio se debe a que a partir del Sputnik los cohetes soviéticos y rusos llevan el nombre de su carga y, al igual que el portador del Sputnik se llamó Sputnik el de la Soyuz lleva también su nombre.
Sumando todas las modificaciones, la gran seguridad del cohete se basa en la experiencia de más de mil 500 lanzamientos exitosos.
También es el cohete más ecológico del mundo: sus propulsores utilizan como combustible queroseno y oxígeno licuado y desarrollan una potencia de 20 millones de caballos que en 8.5 minutos lo elevan a 450-500 kilómetros.
Por su forma, la nave recuerda a un peón de ajedrez, pero de tres metros de diámetro y 46 de altura, que se apoya sobre cuatro propulsores laterales, de 20 metros de altura y 2,7 metros de diámetro.
La nave de tres módulos, colocada en la nariz del cohete bajo un casco protector que en este vuelo lleva la bandera brasileña en la borda, completa la perfección del vehículo.
Su esfera superior alberga el módulo orbital, donde se encuentra el baño, la "cantina" y también la escotilla de acoplamiento.
En medio, en forma de cono, va el módulo de descenso, donde se alojan los asientos anatómicos, hechos especialmente para cada astronauta, que los tripulantes ocupan durante el despegue y descenso.
Esta es la única parte de la nave y del cohete que vuelve a la Tierra.
Le sigue el cilindro del módulo de servicio, que en el espacio despliega las alas de dos paneles solares y que guarda los sistemas de propulsión, enfriamiento y las baterías.
En la punta del cohete, sobre el largo arpón del casco de la nave, hay cuatro propulsores que garantizan la seguridad durante el arranque y lanzamiento del cohete.
