Para romper el círculo del maltrato intrafamiliar no es suficiente brindar ayuda a las víctimas
El Siglo de Torreón
Comarca Lagunera.- Como un problema de salud pública, la violencia intrafamiliar desde hace algunos años en la Comarca Lagunera, como en el resto del país y del mundo, es ?atendida? por las autoridades gubernamentales; sin embargo, se carece de un programa integral que permita combatirlo y procure darle igual tratamiento al hombre como a la mujer.
La falta de políticas públicas con perspectiva de género, los vacíos legales y la falta de aplicación de la Norma Oficial Mexicana de Salud para la atención médica de la violencia familiar, son algunas de las dificultades que prevalecen para combatir este problema y sobre todo atender a quienes participan en ella.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), correspondientes a 2003, se establece que de 19 millones 471 mil 972 mujeres registradas en el país, un 46 por ciento presentó al menos un incidente de violencia. En la actualidad, en el municipio de Gómez Palacio se atienden 350 casos de violencia intrafamiliar al mes, mientras que en Ciudad Lerdo la cifra es de 200.
Los anteriores municipios en Durango, así como Torreón en Coahuila, cuentan con sus direcciones de Atención a la Mujer, principal víctima de violencia en el seno familiar; sin embargo, las autoridades gubernamentales no cuentan con políticas públicas que presten atención al varón y por consiguiente, trabajar para eliminar la violencia que éste ejerce.
Debido a esta ausencia, es la propia sociedad civil la que ha generado los espacios para dar atención a los hombres violentos, aunque con una participación limitada, debido a la resistencia del varón a aceptar ayuda, pues considera que su comportamiento es normal.
Ante esta premisa, las actividades gubernamentales que se realizan para afrontar el problema sólo ofrecen ayuda al género femenino, a través de la atención psicológica, la asesoría jurídica e incluso para ser resguardadas de sus cónyuges, sin aplicar medidas de atención al principal sujeto generador de violencia: el hombre.
Relaciones de poder
Los estudiosos y analistas de esta situación consideran que las políticas públicas que se implementan en la Comarca Lagunera no son las apropiadas para resolver el problema. Coinciden en establecer que el concepto de violencia intrafamiliar tiene problemas de origen que no permiten desarrollar un programa integral de respuesta, y se alude la falta de integración de la perspectiva de género en tales acciones.
La Norma Oficial Mexicana de Salud 190 establece que se debe entender por violencia familiar ?al acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación de poder -en función del sexo, la edad o la condición física-, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono?.
Al respecto, Rosario Aldaba, titular de la Dirección de Atención a la Mujer en Lerdo, establece que violencia intrafamiliar ?es todo aquel acto de control, todo aquel acto de poder del hombre en contra de los hijos o de la esposa, o también puede ser de la mujer en contra de los hijos?. En síntesis, todo abuso de poder.
Sin embargo, Rosario Varela Zúñiga, maestra en Ciencias y catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, agrega que cuando se habla de violencia intrafamiliar, ?realmente estamos hablando de una violencia de género que se ha querido disfrazar como violencia familiar, pero sigue siendo una violencia hacia la mujer?, y agrega que al enmarcarlo en aquel concepto, pierde su enfoque de género porque ya no se visualiza que son las mujeres las principales las víctimas.
Atención a medias
Las actividades que se realizan en la actualidad en torno a la violencia, son dirigidas hacia el género femenino, ofreciéndoles atención médica, psicológica, económica y de seguridad para las mujeres que se encuentran en riesgo debido a la extrema violencia que experimentan en su ambiente familia, situación que propicia que la mujer rompa con el círculo de violencia, lo que significa un gran logro.
Sin embargo ¿qué sucede con el hombre? ¿cuál es su participación en este círculo de violencia? Al separarse de su cónyuge, ¿desaparece la violencia?
Rosario Aldaba es muy clara en esto y responde: ?el hombre vuelve a ejercer el control, la violencia en contra de otra mujer y si esa mujer logra también zafarse de él, vuelve él a reincidir con otra. Aquí la situación está muy clara, los hombres necesitan atención, también ya hay espacios para los hombres violentos, pero desgraciadamente los hombres no quieren el apoyo, rechazan esa ayuda?.
Por su parte, Rosario Varela señala que finalmente el hombre ?va a entablar otra relación con otra mujer, pero si jamás alguien le hizo ver que es su forma de relacionarse la que está generando esa violencia, pues simplemente va a seguir generándola?. Situación similar se vive con la mujer si ésta no comprende que puede oponerse a la violencia de que es objeto, pues igual puede entablar relaciones con otro hombre y seguir dando margen a que se le trate de la misma forma.
Las autoridades gubernamentales han creado las direcciones de Atención a la Mujer como una medida para afrontar el problema, sin embargo, la atención de esta situación se realiza de forma parcial, pues como se ha expresado, una de las piezas que integran el círculo de la violencia es el hombre y para él no existe atención específica.
Por tanto, ha sido a través de la propia sociedad civil como ha surgido de forma alternativa un espacio de atención al hombre violento, con la finalidad de que a través de la reflexión, cuestione su violencia, tal y como sucede en el Colectivo Hombres Nuevos de La Laguna, que actualmente aglutina a 60 personas.
?A nosotros nos queda claro que mientras no cuestionemos el poder entre nosotros, mientras no nos demos cuenta que somos los mismos hombres los que estamos determinando hasta qué punto ya no estamos encajando en este modelo tradicional de ser hombres. Hasta que no cuestionemos esto, es difícil poder avanzar?, explica Astalo García García, coordinador del citado organismo civil que trabaja con hombres violentos desde hace nueve años.
Por su parte, la directora de Atención a la Mujer en Lerdo, explica que un hombre violento no es un enfermo mental, ?es un hombre que su historia de vida, su contexto ambiental, lo ha llevado a este aprendizaje, lo ha llevado a pensar que los conflictos se arreglan, únicamente usando el poder, el poder físico, el poder psicológico, el poder económico, el poder sexual, es decir, todos los tipos de poderes?.
Es en este punto donde se establece la necesidad de políticas públicas con perspectiva de género, es decir, entendiendo que las personas están diferenciadas sexualmente y que esta diferenciación marca distinciones, según manifiesta Rosario Varela. ?Las políticas públicas, cuando tienen enfoque de género, lo que quieren enfatizar es que todas las acciones que se realicen tienen que tomar en cuenta cómo van a beneficiar a hombres y cómo van a beneficiar a mujeres?, detalla la académica.
Un intento fallido
A finales de la década de los noventa del siglo pasado, la Secretaría de Salud de la Federación emitió la Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999 Prestación de Servicios de Salud. Criterios para la Atención Médica de la Violencia Familiar.
Lo anterior para dar cumplimiento a los compromisos adquiridos por México en los foros internacionales en materia de la eliminación de todas las formas de violencia, especialmente la que ocurre en el seno de la familia y contra la mujer.
Dicha norma tiene por objeto establecer los criterios a observar en la atención médica y la orientación, que se proporciona a las y los usuarios que se encuentren involucrados en situaciones de violencia familiar.
El mencionado modelo de atención médica de la violencia familiar contempla la promoción de relaciones no violentas, la prevención familiar, la detección y el diagnóstico de las personas que viven esa situación, la evaluación del riesgo en el que se encuentran, así como, en determinado momento, dar aviso al Ministerio Público sobre dicha situación. Se contemplan en la citada NOM-190 los formatos para el registro de atención en casos de violencia intrafamiliar y de aviso al MP.
Pese a que la NOM-190 es de observancia obligatoria para todos los prestadores de servicios de salud de los sectores públicos, social y privado que componen el Sistema Nacional de Salud, desde 1999, dicha normatividad no se cumple.
Astalo García establece que ha habido mucha resistencia por parte del sector salud para aplicar dicha norma y establece que los médicos han manifestado ?su preocupación, porque ellos dicen que no contempla la NOM medidas de protección para ellos, protección hacia el agresor, aunque esto ha sido cuestionado por las mismas mujeres o las personas que han venido trabajando con violencia; con norma oficial o con Ley Estatal o sin ella, se ha tenido que venir abordando o afrontando?.
Tanto Rosario Aldaba y Rosario Varela como Astalo García coinciden en establecer la necesidad de contar con un mecanismo de detección oportuna de la violencia, situación que podría concretarse con la aplicación de la norma oficial, aunque Varela Zúñiga va más allá al establecer que también el sector educativo podría aportar elementos de que un menor vive en ambiente familiar violento.
Prevención, la clave
Actualmente, las diversas dependencias de la región laboran ya en mecanismos de prevención a través de pláticas sobre la violencia intrafamiliar, las cuales se realizan con adolescentes en las escuelas y en algunas de las colonias donde se tiene conocimiento de mayor incidencia del problema.
La intención es que las mujeres reconozcan que la violencia no es algo normal, pero tal parece que tales acciones van contra corriente mientras no se complemente con acciones de otras instituciones, como lo es el caso del Poder Legislativo. Pues aunque se ha tenido avance en la cultura de la denuncia, también es cierto que se requiere preparación de los Agentes Investigadores del Ministerio Público y de los Códigos de Justicia.
?Necesitamos más políticas públicas que nos lleven a que la violencia intrafamiliar, la violencia hacia la mujer se persiga de oficio? comenta la titular de la Dirección de Atención a la Mujer, pues señala que actualmente no se considera un delito grave y el agresor sale pronto y las heridas de la víctima tienen que ser de más de 15 días sin sanar.
Por su parte, el coordinador del Colectivo Hombres Nuevos de La Laguna establece que aún hay abogados o agentes del Ministerio Público que todavía no se lo toman en serio, el marco legal de la violencia, ?es más fácil cuando tiene un antecedente o un problema específico de violación o de incesto?.
Qué dice la NOM-190-SSA1-1999
La Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999, se refiere a la prestación de servicios de salud y se establecen los criterios para la atención médica de la violencia familiar. n Objetivo: La presente Norma Oficial Mexicana tiene por objeto establecer los criterios a observar en la atención médica y la orientación, que se proporcionan a las y los usuarios que se encuentren involucrados en situaciones de violencia familiar.
Campo de aplicación: Esta Norma Oficial Mexicana es
de observancia obligatoria para todos los prestadores de servicios de salud de los sectores público, social y privado que componen el Sistema Nacional de Salud.
Para los fines de esta Norma se entenderá por: Violencia familiar, al acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia, en relación de poder -en función del sexo, la edad o la condición física-, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono.
- La vigilancia de la aplicación de esta Norma corresponde a la Secretaría de Salud y a los Gobiernos de las Entidades Federativas en el ámbito de sus respectivas competencias.
Fuente: NOM-190-SSA1-1999
NO ES UN ENFERMO
?Un hombre violento no es un enfermo mental, un hombre violento es un hombre que su historia de vida, su contexto ambiental, lo ha llevado a este aprendizaje, lo ha llevado a pensar que los conflictos se arreglan únicamente usando el poder, el poder físico, el poder psicológico, el poder económico, el poder sexual, es decir, todos los tipos de poderes?. Rosario Aldaba, titular de la Dirección de Atención a la Mujer en Lerdo
PERSPECTIVA
?Políticas públicas con perspectiva de género es considerar que las personas estamos primeramente diferenciadas sexualmente, es decir, que somos hombres y mujeres y que esta diferenciación muchas veces marca distinciones. Las políticas públicas cuando tienen enfoque de género lo que quieren enfatizar son que todas las acciones que se realicen tienen que tomar en cuenta cómo van a beneficiar a hombres y cómo van a beneficiar a mujeres?. Rosario Varela Zúñiga, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UA de C
Para avanzar
?Mientras no cuestionemos el poder entre nosotros, mientras no nos demos cuenta que somos los mismos hombres también los que están determinando hasta qué punto ya no estamos encajando en este modelo tradicional de ser hombres, hasta el que no cuestionemos esto es difícil poder avanzar?. Astalo García García, coordinador del Colectivo de Hombres Nuevos de la Laguna