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La pelota/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“¿Por qué raro fenómeno la excelencia siempre es aclamada en atletismo y en deporte, y en todo lo demás suele despertar una extraña envidia?” Bertrand Russell

Davos, Suiza.- Los almuerzos de bienvenida a los periodistas que participan en el Foro Económico Mundial de Davos no son necesariamente populares. Uno asiste para encontrarse con viejos colegas de otras partes del mundo y para escuchar, quizá, a algún personaje que no es necesariamente del interés de todos.

Pero muchos periodistas prefieren simplemente saltárselos. No fue el caso este año, sin embargo. El almuerzo en el hotel Belvedere se convirtió en una verdadera romería. Virtualmente todos los periodistas en Davos eligieron asistir a pesar que había muchos otros almuerzos importantes al mismo tiempo. Y es que la combinación de participantes era inusitada: Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas; Joseph Blatter, presidente de la FIFA; y Jacques Rogge, cabeza del Comité Olímpico Internacional.

Por primera vez en su historia, el Foro Económico Mundial 2006 le ha dado un papel relevante al deporte. Esto se debe, según Karl Schwab, fundador del Foro, a que el deporte contribuye al mismo propósito que esta reunión anual: a mejorar el mundo. Y a juzgar por el éxito del almuerzo, un número elevado de los periodistas que año con año asisten a Davos comparten el interés por el deporte.

En un breve discurso en el almuerzo, Kofi Annan señaló que las Naciones Unidas han lanzado un programa de apoyo al deporte. En la sesión, de hecho, se presentó un anuncio en el que él personalmente promociona el COI y el espíritu olímpico. Tanto Blatter como Rogge ofrecieron, a su vez, discursos totalmente previsibles, pero que no dejaron de generar atención. Rogge aprovechó para pasar entre los asistentes una antorcha olímpica -bastante más pesada de lo que uno habría pensado- y los asistentes de Blatter distribuyeron unas pelotas miniatura de futbol entre los periodistas. Me llevo una de ellas a México.

El divertimento deportivo, por supuesto, no elimina la seriedad de la reunión. Ayer participé a primera hora en una mesa de discusión en la que se detallaron los problemas de las distintas regiones del mundo. Ninguna parece tener un panorama realmente optimista. Aun Europa, que ha sido en el último medio siglo una de las regiones más exitosas del mundo, muestra enormes temores por los conflictos que está generando la inmigración y por las dificultades para competir en una economía globalizada.

China es, sin duda, el país que más atención está generando. Un sondeo entre mil 400 directores y presidentes de grandes empresas dado a conocer ayer por el Foro revela que China es el país en el cual ellos prefieren colocar sus operaciones en el exterior.

Los bajos costos de la mano de obra china son importantes, como también lo es el mercado potencial de mil 400 millones de personas. Pero lo curioso es que una de las razones por las cuales los directores de las grandes transnacionales dicen que están escogiendo a la China comunista es porque tiene un sistema de mercado consolidado.

La India no quiere quedarse atrás. Así, mientras los más altos funcionarios chinos mantienen una actitud discreta que a veces puede parecer arrogante, los de la India han lanzado una abierta campaña entre los asistentes a Davos para promover a su país como destino de inversión. Sin mencionar a China o a su régimen autoritario, los anuncios y promocionales señalan que la India no sólo es la “mayor” democracia del mundo -esto es, el país democrático con mayor población- sino la de más rápido crecimiento en los últimos años. El autoritarismo, sugiere la campaña, podría generar problemas de inestabilidad para China en el largo plazo.

Un artículo en el Financial Times escrito por Yasheng Huan, profesor de la Escuela Sloan de Administración del Instituto de Tecnología de Massachussets, argumenta también que el crecimiento de la India es más sano que el de China porque se basa en una economía de pequeñas empresas privadas que contrasta con la de China, formada fundamentalmente por grandes firmas paraestatales y maquiladoras extranjeras.

Hay una gran diversidad de opiniones acerca del camino correcto para que un país se desarrolle. Pero lo importante es que tanto China como la India son objeto de discusión en el foro que año con año reúne a los mayores inversionistas del mundo.

México, mientras tanto, ha quedado virtualmente olvidado. Ciertamente carecemos de una representación adecuada para la importancia de nuestro país. Quizá esperamos que en este año nos vaya mejor en la Copa del Mundo de futbol que en la inversión. Lo notable es que este año hasta Joseph Blatter de la FIFA ha optado por venir a Davos. Tal vez él ve algo aquí que escapa a los funcionarios mexicanos.

EL LABERINTO

Davos es el laberinto de siempre. Como todos los años, muchos participantes me dicen que es la última vez que vienen. Pero año con año aumenta el número de asistentes y es más difícil conseguir un cuarto de hotel. A pesar que han surgido imitadores, como la reunión organizada por Bill Clinton en Nueva York el año pasado, Davos sigue siendo la más importante cumbre empresarial-política-académica del mundo.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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