?Tú, ¿ves pornografía?
A esta pregunta, la respuesta de unos 50 jóvenes de entre 15 y 18 años, de diferentes orígenes, fue: ?Sí?.
?¿Cuándo y dónde fue la primera vez?
Aquí, las respuestas variaron: ?en casa de un amigo, en la revista de la calle, el chofer de mi casa, en Internet, un amigo me la mandó en un mail??.
?¿La ves con frecuencia?
?Sí.
Es claro que los papás no podemos estar con nuestros hijos las 24 horas del día, y que ellos encontrarán la forma de acceder a ella si así lo desean. ¿Se puede hacer algo?
Para empezar, conocer los datos duros: ?de acuerdo con Internet Filter Reviews, la industria de la pornografía en el mundo es de $57 US billones.
?Promedio de edad en que por primera vez un niño se expone a la pornografía en Internet: 11años.
?Porcentaje de jóvenes de entre ocho y 16 años que han visto pornografía en línea (la mayoría mientras hacen tarea): 90 por ciento.
?El pornonauta más frecuente: 12-17 años.
?Porcentaje más alto de visitas frecuentes a sitios de pornografía fuerte: 15 y 17 años.
?Hay 26 sitios de pornografía con nombres de personajes infantiles tipo Pokemon y Action man, ligados a miles de links pornográficos.
?De 68 millones de visitas diarias a los sitios pornográficos, 72 por ciento son hombres y 28 por ciento mujeres.
?70 por ciento de las revistas pornográficas terminan en mano de menores.
A esto, los jóvenes entrevistados agregan que:
?Hay dealers porno que se dedican a enviar material a mails de jóvenes para engancharlos. Llegan unos diez o 15 diarios.
?Los sitios más visitados para investigar tareas, tienen pop ups porno.
?Una vez visitado un sitio de pornografía, surgen pop ups porno a cualquier hora.
La educación viene de muchas formas
Cuando teníamos siete años, repetimos las tablas de multiplicar, hicimos planas de letras y absorbíamos las conductas de los mayores como apropiadas y aceptables. Ésta es la técnica del ?perico?:
Información + repetición es fijación.
Ése es el reto de la mercadotecnia. La aceptación de imágenes o ideas que quizá no hubieras aceptado, si no fuera porque nos las martillaron en el cerebro.
Como el impacto que tiene el hecho de ver un anuncio es emocional, no lógico, las imágenes se graban y pueden actuar como modelos a seguir. Por eso, después de haber visto un anuncio varias veces, notamos que seleccionamos el producto sin saber por qué.
Entonces, imagina las consecuencias psicológicas y conductuales que tiene en un menor o un joven el ver pornografía; el texto y el subtexto de lo que absorbe, en un momento de su vida en que su habilidad para filtrar lo apropiado de lo inapropiado es muy vulnerable.
La semana pasada vimos que ver pornografía desensibiliza; el observador, poco a poco, tolera materiales más extremos que, sin darse cuenta, se vuelven aceptables.
Algunas sugerencias:
1) Usar filtros para que, por lo menos, la pornografía no pueda ser vista desde la casa.
2) Procurar que la computadora esté fuera de la recámara de los hijos.
3) Estar cerca de ellos, pendientes de sus amigos, de los lugares que visita, del tiempo que pasan en la web.
Todo esto es relativo, ya que, como vimos, un joven encontrará la manera de tener acceso a la pornografía. Sin duda.
4) Lo único que en realidad funciona es hacerlo consciente de que, tanto ésta como otras decisiones, siempre serán sólo suyas; que toda acción tiene una reacción, y que el principal afectado será él mismo.
Hay quien defiende la pornografía como una celebración de la libertad, sin ver que, en realidad, es la libertad de ser abusado con verdadera ingenuidad.