EFE
Pekín.- La rabia ha sido en los últimos cinco meses la enfermedad contagiosa más mortífera del país, lo que ha llevado a Pekín a iniciar una campaña para controlar que todos los perros están registrados y vacunados.
Según informa el "China Daily", en los primeros nueves meses del año hubo dos mil 254 infecciones de rabia, con dos mil 108 fallecidos, más de un 25 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado.
Septiembre fue el quinto mes consecutivo en el que la enfermedad encabezó la lista de los males contagiosos más letales, por encima de la tuberculosis, el sida o la hepatitis B.
Ante estos datos, las autoridades pequinesas rastrearán en los dos próximos meses la ciudad en busca de los canes que no estén registrados o no tengan las vacunas pertinentes.
Policías de paisano efectúan redadas en las que se llevan, a veces sin pedir siquiera los papeles, a los animales, aunque, según explicó el dueño de un perro, la liberación del animal se puede conseguir entregando un pequeño soborno al agente de turno.
La campaña se ha centrado especialmente en los canes de tamaño mediano y grande, que están obligados a vivir en las afueras y que son considerados por muchos ciudadanos como los únicos susceptibles de transmitir la enfermedad, según testimonios recogidos por la televisión estatal CCTV.
Cifras oficiales hablan de más de 550 mil perros registrados en la capital china, aunque estadísticas de la Asociación de Pekín de Protección de Pequeños Animales dicen hay más de un millón, publicó la agencia estatal Xinhua.
La rabia, que en mandarín se dice "kuangquanbing" ("enfermedad de los perros locos") se contagia por mordiscos o arañazos de los perros y suele ser mortal para el ser humano.
Este verano, tres brotes que el Gobierno consideró "aislados", se saldaron con 19 muertos y el sacrificio de cientos de miles de perros, en ocasiones electrocutados o a palos, según denunciaron las organizaciones ecologistas.