Se está haciendo costumbre, en los actos públicos que organiza la Alianza por México, en busca del voto a favor de su candidato a presidente de la República, en comicios que deberán celebrarse el próximo dos de julio, que un grupo de inconformes realice eventos manifestando abiertamente su repudio.
En esta vez, automóviles que se desplazaban por una de las avenidas de la Ciudad de México, en las afueras del salón donde Roberto Madrazo presidía un acto de campaña, traían pancartas y pintas manifestando su rechazo con diversas leyendas políticamente ofensivas.
El pasado domingo, dice la nota periodística, el evento se vio empañado por simpatizantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quienes dijeron estar en contra de Madrazo por la traición del priista que, dicen, hizo a la líder magisterial Elba Esther Gordillo. De lo que se colige que esto es una lucha a morir en la que se ataca al candidato y por consecuencia al partido del que es abanderado.
Es por demás obvio que no quieren a Madrazo como candidato. Lo cierto es que a esos disidentes les tengo una mala noticia, hasta donde se sabe se siguieron los pasos estatutarios que legitimaron las aspiraciones de aquél. Es el candidato del PRI por que sus militantes, en un número suficiente, así lo quisieron. Es de esta manera como en este país se deciden las disputas internas imponiéndose el criterio de las mayorías.
De otra manera sería el cuento de nunca acabar. Los que son menos se suman a los que son más. Esa es la regla de oro en una democracia. A menos que se pretenda romper el orden normal de las cosas sólo por que no es la persona que ellos hubieran deseado. Ese es el quid del asunto. La legalidad por encima de las pasiones personales. Los inconformes no reparan en que con su actitud están hundiendo a su partido político y si lo hacen al parecer les importa un pepino. Dicen por allí que no hay peor ciego que el que no quiere ver y que mucho ayuda el que no estorba. Unos cuantos indicando a los demás cómo pensar, ese ha sido el pecado en este país, cuando los demás pretenden decidir por los todos.
De lo que no se han percatado es que con su acrimonia anti-madracista, que los lleva a satirizar al personaje, están logrando lo opuesto a lo que con gran denuedo persiguen. La gente en la calle, que cada vez se despabila más, se pregunta ¿qué intereses se ocultan tras la arremetida? Lo que se logra vislumbrar a través de los visillos es muy poco pero suficiente para darnos cuenta que se trata de un ajuste de cuentas. No es la búsqueda de un México mejor lo que guía a estas personas, ojalá lo fuera. Es un caso de impotencia llevado a los extremos de crear un ambiente hostil a las aspiraciones de un candidato.
Aunque en ese torpe galope se lleven entre las patas a su propio partido político. ¿De eso se trata, de que el PRI pierda la elección? Pues esto da lugar a otra lectura. ¿A quién o quiénes les conviene tal circunstancia o sea, dicho de otra forma, a quién se está sirviendo?
Bien, sea cual sea el caso, he encontrado a un sinnúmero de ciudadanos que estaban indecisos sobre cuál sería la persona por la que votarían. Ahora están pensando en hacerlo por aquél al que ha estado golpeando un grupúsculo de sedicentes priistas, considerando una absurda maniobra que quiere llevar al suicidio político a todos los que militan en el partido que postuló a Roberto Madrazo. -Lo grave es que hay una parálisis de sus partidarios que o están conformes con lo que dicen de su líder o les falta lo que al carrizo para salir en defensa de su compañero-.
Hay rumores fundados que los grupos de siempre en el interior del PRI, que han estado en contra de la candidatura de Roberto Madrazo, aprovechando los tropiezos que se han presentado al inicio de la campaña, pretenden que sea relevado. En vez de apretujarse al lado de su candidato haciendo un frente común, preparan una embestida más. Son sus enemigos personales que, ha de presumirse así, persiguen objetivos ajenos al interés de todos. Como se ve no han quitado el dedo del renglón.
Nota bene.- Grupúsculo: Organización de tipo político formada por un reducido número de miembros, generalmente muy activistas y de ideología radical.