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La transición, ¿en un bache o ante un abismo?

JOSÉ JUÁREZ MEDINA

Esta claro que en la intensa disputa que se está librando en el país, las instituciones se encuentran en el ojo del huracán. En los últimos meses, y particularmente semanas, hemos leído y escuchado análisis, declaraciones y hasta reclamos en torno a ello. Un punto de vista condescendiente señala que aquéllas son débiles, que no son adecuadas al momento histórico. Desde otra óptica de plano se ven como injustas, es una consideración cruda, pero encuentra cierto asidero en la realidad. Sobra decir que para el presidente Fox y el PAN, las instituciones que ?nos hemos dado los mexicanos? están más sólidas y confiables que nunca.

En esta tesitura, también se ha señalado reiteradamente que el predominio de los poderes fácticos sobre los públicos no representan una amenaza?ya son un obstáculo real para consolidar la democracia. Juzgue usted estas consideraciones a la luz del papel de los grupos empresariales y de los medios de comunicación, del dinero pues, en la coyuntura electoral.

Para ubicar un poco la cuestión recurramos a Douglas North, quién señala que las instituciones son ?las reglas del juego en una sociedad?que estructuran incentivos en el intercambio humano, sea político, social o económico?. De acuerdo con este punto de vista, no es difícil derivar que la solidez de las instituciones, la fluidez de ese intercambio dependerá del consenso, de la confianza que la gente tenga en ellas, formales o informales; explícitas o implícitas. En una palabra, la institución es la base de convenciones sociales y son las que estructuran el funcionamiento de una sociedad y una economía.

De manera que la expresión de López Obrador: ?al diablo con sus instituciones?, si bien atropellada y poco elegante, no hace más que reflejar el sentir de una parte significativa de la población, respecto a las reglas del juego que nos rigen. Está bien escandalizarse, si se quiere, pero difícilmente se puede negar el contenido profundo del desplante. Tan es así que, como tradicionalmente lo hacen, los mercados financieros no estallaron en euforia cuando su candidato fue declarado ganador por el tribunal.

Antes que el desplante del líder de la CBT, un buen número de analistas, han coincidido en la necesidad de discutir el tema; más ahora que el sistema electoral mexicano, los consejeros del IFE, los magistrados del TEPJF y el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, han quedado seriamente cuestionados en esta coyuntura, es decir, no cuentan con la confianza de toda la población.

Anteriormente politólogos y analistas han señalado que la institución presidencial, el sistema presidencial de gobierno, es algo que hay que poner en la agenda de la discusión.

En el momento presente que comentamos, al argumentar el tribunal su dictamen mencionó, además de la intromisión ilegal del presidente que puso en ?riesgo la elección?, la actuación de los poderes fácticos, específicamente los empresarios y los medios de comunicación. ¿En que medida la interferencia de éstos influyó en el resultado de la elección?, es difícil saberlo, pero la hubo, por lo que sorprende la precipitada conclusión del tribunal de que fue menor. Ante la duda, era menester hacer lo necesario para darle certeza y equidad al proceso. La responsabilidad que tenían ante sí lo magistrados no era para menos.

Así pues, ¿son las actuales instituciones compartidas por todos los mexicanos?, ¿están sólidas después de este proceso electoral? De eso se trata la división del país, de que no hay un consenso sobre las reglas del juego, lo cual desde luego no abona para la gobernabilidad. El todavía presidente Fox y los panistas, sostienen que las instituciones están fuertes, pero, como lo hemos dicho anteriormente, no se puede tapar el sol con un dedo. Para resolver un problema lo primero es reconocer que existe. El hecho de no querer verlo preocupa.

Este presidente ya se va, esperemos que el que declaró ganador el tribunal tenga otra visión que vaya más allá, pero mucho más allá, de llamados a la ?unidad nacional?, cualquier cosa que eso signifique, y con declaraciones de ?tender la mano?. Se requiere más para soldar la fractura social.

En la agenda de la República se debe dar prioridad a un nuevo arreglo institucional para arribar a un nuevo pacto social, el cual tenga como base una auténtica y sustantiva democracia. En las condiciones actuales el aspecto electoral es importante, pero no es suficiente para que los ciudadanos ejerzan plenamente sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales. Esta si que es un reforma estructural urgente. Hay tareas.

josemedinajuarez@yahoo.com.mx

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