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La vida sigue

Javier Fuentes de la Peña

Bienvenidos a la realidad. Durante algunos días, los mexicanos anduvimos montados en el séptimo satélite de Júpiter y poca importancia dimos a lo que sucedía en el país. Toda nuestra atención se fijó en unos hombres que de un día para otro pasaron de ser héroes nacionales a traidores patrios.

¿Cuántas cosas habrán hecho nuestros gobernantes y no nos dimos cuenta por estar pensando en la Selección Mexicana? Cada Mundial ocurre lo mismo: nuestro equipo pelea como nunca y fracasa como siempre. Si ya sabemos que esto va a ocurrir, ¿por qué nos hacemos la ilusión de que podemos incluso llegar a ser los campeones del mundo?

Al ser eliminado México, caminé por las calles de la ciudad y parecía que más bien andaba por las veredas de un panteón. A pesar de ser sábado, la gente estaba callada y en los rostros de muchos no sólo se notaban los estragos de una cruda vespertina, sino también el desánimo por la derrota contra el equipo de Argentina.

Sin embargo, hay aproximadamente nueve mil trillones de cosas más importantes que un equipo de futbol, y lo increíble es que las dejemos a un lado y nos dejemos seducir por una pasión que, a diferencia de otras, no nos deja nada bueno.

¿Recuerda alguna declaración importante de nuestro presidente de la República durante el tiempo en que duró la participación del equipo mexicano en el Mundial? ¿Podría mencionar alguna obra emprendida por el Gobierno Estatal en este tiempo? ¿Recuerda una promesa lanzada por los candidatos presidenciales en esos días?

Todos nos dejamos seducir por la pasión del futbol. El tema de conversación de millones de mexicanos se centraba en un balón; las declaraciones de algunos políticos tenían que ver con los pronósticos que daban para los juegos de la Selección; los medios de comunicación dedicaron espacios especiales para aprovechar esa pasión.

Sin embargo, el Mundial de Futbol ya acabó para México y nosotros debemos volver a poner los pies sobre la tierra, sobre esta tierra nuestra en la que abundan las injusticias, las falsas promesas, la deshonestidad y las carencias.

Bienvenidos sean todos a la realidad. Bienvenidos sean a este país que requiere la misma atención que depositamos en un equipo de futbol, para así poder conocer lo que significa el desarrollo.

Durante el Mundial de Futbol en muchos de nosotros se anidó la esperanza de ver a nuestro equipo ocupar lugares importantes, sin embargo, sería de mayor provecho si anidáramos la esperanza de que nuestro México cambiara definitivamente y se convirtiera en una casa digna para los más desprotegidos.

Así como dedicamos nuestra atención a los juegos de futbol, debemos también atender los problemas de nuestro país y pensar en posibles soluciones. Muchos hicimos hasta lo imposible con tal de ver a nuestra Selección. ¿Por qué no hacemos lo imposible para analizar el proceder de nuestros gobernantes? ¿Por qué no nos reunimos para ver cómo podremos construir un México mejor?

No había nada que pudiéramos hacer para cambiar el destino del juego contra Argentina. Ninguno de nosotros tuvo el poder de ordenarle a La Volpe que pusiera doble marca en el argentino que metió el gol letal, o que planteara un esquema táctico más efectivo. Sin embargo, todos tenemos mucho por hacer si queremos cambiar nuestro propio destino y así lograr que en México reine la justicia y el afán por alcanzar el bien común. No cabe duda que ése sería el mayor triunfo que jamás se haya dado en nuestro país.

javier_fuentes@hotmail.com

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