El Siglo de Durango
Aún no entienden por qué los otros ladrilleros -los que están en la mancha urbana- no han sido reubicados al Parque Industrial.
A 28 kilómetros de la ciudad de Durango, en el poblado José María Pino Suárez, ahora más de 200 obrajeros fabrican su ladrillo. Adaptarse al cambio no es sencillo y ayer, en vísperas de que llegara el Alcalde capitalino hasta el lugar, la petición de algunas madres de familia era que les apoyaran con materiales para los jacales en los que habitan.
Con motivo del día del obrajero, autoridades municipales llegaron al Parque Industrial Ladrillero para encabezar un acto en el que se entregaron credenciales a los fabricantes y proveedores del sitio, además de dar a conocer la nave industrial que se construyó y la entrega de 50 techos para igual número de talleres.
Se suponía que se daría una exhibición del funcionamiento de la maquinaria de fabricación del ladrillo pero ésta tuvo un desperfecto mecánico, así que los asistentes se tuvieron que conformar con verla y escuchar una explicación de sus ventajas.
A muchos de los fabricantes no les llamaba mucho la atención asistir al acto. Entre un viento fuerte y frío, se enfocaban a darle forma a sus piezas. Sus manos cuarteadas por la tierra, el rostro sucio, el polvo que les lastimaba los ojos era un cuadro que se repetía. No obstante, no acudían a la invitación que les hacían mediante un micrófono para que se reunieran en la nave industrial.
Francisco Guerrero platicó que desde hace dos años se dedica a esta actividad. En la actualidad ya tiene su fábrica propia y produce 500 ó 600 ladrillos al día. Labora desde las ocho de la mañana hasta pasadas las cinco de la tarde. En ocasiones, batalla para conseguir el polvillo o aserrín que necesita pero, en términos generales, dijo que está conforme con su estancia en el sitio.
Antonio Medina Gallegos también es de los que han aceptado reubicarse pero combina su actividad para obtener un ingreso extra. Hace 15 años que se dedica a este trabajo, casi desde su adolescencia aprendió el oficio y, así, encontró una forma de vida.
Al igual que muchos otros de sus compañeros, caviló que la reubicación debe ser ?pareja?, que a todos se les debe requerir que se cambien de lugar. ?Si no, pues entonces deberíamos regresarnos?, estableció.
Y José Eldifonso Rincón Molina, también ladrillero, estableció que no ha sido sencillo adaptarse a este nuevo ambiente. En especial, por el uso del aceite quemado pues si no se sabe calcular bien la temperatura del horno, el producto sale ?pinteado?.
Pero pese a las dificultades que enfrentan, decidieron responder al llamado de la autoridad para no contaminar el medio ambiente de su localidad. No tienen un lugar para comprar alimentos, duermen en diminutos cuartos que en algunas ocasiones comparten con sus esposas e hijos, están lejos de sus familias.
Por eso, su petición es que la situación sea equitativa. Que los que están en Durango todavía sean cambiados como ellos. Lo que denunciaron es que algunos de los obrajeros que tienen un espacio en el Parque también lo tienen en la ciudad, lo cual no es correcto.
El lado femenino
Sarahí Reyes Ortiz y Lidia Isabel Nevárez Rojas viven en el Parque Industrial Ladrillero en compañía de sus esposos y sus hijos. No pueden quedarse en la ciudad porque, prácticamente, todos los integrantes de la familia son trabajadores.
Han construido unos jacales para habitarlos, o bien, viven en el pequeño cuarto del que se les dotó a cada obrador. Indican que el frío es duro por las noches. Su solicitud es contar con servicio médico para atender cualquier emergencia.
Platicaron que hace tres días, la tragedia invadió a una joven pareja que habita en el Parque pues su bebé de pocos meses de nacida broncoaspiró. Aunque se fueron a toda marcha a buscar ayuda médica a la ciudad capital, los esfuerzos fueron vanos.
Por eso se preocupan de lo que pueda pasar y su interés es que se les ayude con materiales tales como láminas y cobijas para sus improvisadas moradas. Y recuerdan que la autoridad municipal había dicho que derrumbaría los obradores de la ciudad, anuncio que reclaman sea cumplido.