Esteban Cambiasso está acostumbrado a marcar grandes goles, pero hoy sacó la "bola negra" en la lotería de los penaltis.
Se entienden las lágrimas que surcaban las mejillas del centrocampista argentino en el césped del Olímpico de Berlín después de que su disparo fuera detenido por el alemán Jens Lehmann.
BERLÍN, ALEMANIA
EFE
Era el cuarto penalti de Argentina y Cambiasso no podía fallar, después de que lo hubiera hecho Roberto Ayala, en otro disparo que detuvo el portero de Alemania y del Arsenal.
Los alemanes habían anotado sus cuatro lanzamientos y la esperanza de las "barras" argentinas se depositó en el jugador del Inter de Milán.
"Cuchu" Cambiasso había sustituido a Juan Román Riquelme en el minuto 71 y sólo hacía dos semanas que había tocado el cielo con el que es hasta ahora el mejor gol de Alemania 2006.
La maniobra fue gestada por ocho jugadores argentinos en 17 toques sucesivos que duraron 56 segundos antes del remate de Cambiasso, en el que supuso el segundo gol del 6-0 que Argentina endosó a Serbi y Montenegro.
"Creo que difícilmente tendremos un gol mejor que ese, por la articulación de la jugada", dijo el seleccionador brasileño Carlos Alberto Parreira.
Cambiasso, ex jugador del Real Madrid, de 25 años, también había anotado otro gol importante en la final que le dio la Copa de Italia al Inter de Milán el pasado 11 de mayo.
Los fallos de Cambiasso y de Roberto Ayala, que había marcado el primer gol del partido en el minuto 48, igualado en el 80 por Miroslav Klose, convirtieron en héroe a Lehmann.
El portero del Arsenal se había hecho famoso en Europa al detener un penalti lanzado por el chileno Ivan Zamorano en la tanda que dio el triunfo a su equipo, el Schalke 04, en la final de la Copa de la UEFA de 1997 contra el Inter de Milán.
La cruz de los porteros le tocó hoy a Leo Franco, que había sustituido en el minuto 70 a Abbondanzieri por lesión: no pudo parar ninguno de los precisos y fuertes lanzamientos alemanes.
Leo no pudo imitar a Sergio Goycoechea, que en Italia'90 se convirtió en figura al atajar dos penaltis a Yugolavia en cuartos de final y dos a los locales en semifinales.
Goycoechea no pudo completar su labor en la final cuando el alemán Andreas Brehme hizo, de penalti, el 1-0 definitivo en el minuto 85.
La tanda de penaltis sigue siendo una costosa lotería. Hoy, mandó a casa a Argentina, dos veces campeona mundial, la última en 1986.