En el día Internacional de la Mujer
Desde hace algún tiempo, uno de los temas presentes en la agenda política de los Gobiernos es el de la participación política igualitaria entre mujeres y hombres.
El debate se ha centrado en definir la conveniencia de establecer o no cuotas, para que más mujeres puedan contender en cargos de elección popular, así como la incorporación de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la toma de decisiones de Gobierno. En los partidos políticos existe la intención de equidad cuando se eligen candidatos a puestos de elección. De igual manera, ya en campaña, los candidatos prometen, para alcanzar más votos y cumplir con las cuotas establecidas que incluirán a mujeres como funcionarias dentro de sus Gobiernos, ya sea federal, estatal o municipal. Al tomar funciones nombran a una o dos o unas cuantas mujeres y creen que ya cumplieron. La realidad es muy distinta.
La proporción de hombres y mujeres en el padrón electoral es más o menos la misma, ligeramente superior las mujeres. Lo mismo sucede en la proporción de quienes acuden a ejercer su voto.
Según datos del INEGI la distribución de la matrícula universitaria en licenciatura, por sexo es de 50.9 hombres y 49.1 mujeres, es decir casi parejo, lo que habla del avance que la mujer ha tenido en educación. Las mujeres se preparan mejor hoy en día y salen al campo de trabajo, más mujeres son cabeza de familia, por lo que las decisiones de muchas familias están en manos de ellas.
Todo lo anterior para explicar que la realidad de la participación política de la mujer es otra. Haciendo un análisis de la proporción de hombres y mujeres en la Cámara de Diputados encontré que el 17.8 por ciento del total de 500 diputados corresponde a mujeres. Un total de ochenta y nueve diputadas. En el Senado el porcentaje sube al 22 por ciento, veintiocho senadoras.
En el Ejecutivo Federal encontramos que el Gabinete presidencial o “Gabinetazo”, anda por las mismas. Una sola secretaria de 19, la secretaría de Desarrollo Social. En el Gabinete ampliado, cuatro mujeres más: Cultura, Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, DIF e Instituto Nacional de la Mujer. El presidente Fox inició con dos mujeres como secretarias y con la renuncia de la secretaria de Turismo sólo quedó una. Perdimos el 50 por ciento.
En Coahuila, el gobernador sólo encontró a una mujer para encabezar una secretaría la de Turismo. Tres más en el Gabinete “ampliado”, en el Instituto de la Mujer, en la Dirección de Construcción de Escuelas y en la Secretaría Privada. Un Gabinete completamente excluyente y canteado para sólo el 50 por ciento de la población. ¡Qué triste!
A nivel local, dos botones de muestra. El cabildo de nuestra ciudad está integrado por 16 regidores de los cuales, seis mujeres y diez hombres. Es un 37 por ciento, dirán se cumplió la cuota, no estamos tan mal. Pero si vamos a las direcciones, de quince, sólo cuatro están en manos de mujeres, un 26 por ciento: Contraloría, Cultura, DIF y Comunicación Social.
En la vecina Gómez Palacio, el porcentaje es indigno. Los gomezpalatinos eligieron un cabildo con quince regidores, cero regidoras y una sindica. Menos mal que una mujer está representando al 50 por ciento de la población, porque a nivel de funcionarios, resulta que el alcalde no encontró mujer alguna capaz de encabezar una dirección.
Si contrastamos la situación de nuestro país con la de Latinoamérica, está el caso de Chile. Un país de avanzada que recién eligió a una mujer como presidenta. La primera en su país, y una de las muy contadas que han sido presidentas por elección en el mundo.
Michelle Bachelett ofreció en su campaña paridad en la integración de su Gabinete y lo cumplió. Diez carteras de veinte, el 50 por ciento están encabezadas por mujeres: Salud, Defensa, Vivienda, Bienes Nacionales, Minería y Energía, Economía, Planificación, Servicio Nacional de la Mujer, Presidencia y Cultura. Es difícil imaginar que una mujer pueda estar al frente del Ministerio de Defensa, sin embargo ella lo fue antes y debió haber trabajado con éxito en la Defensa porque de nuevo otra mujer estará a cargo del Ejército, una institución que ha sido por tradición de hombres.
En Bolivia, Evo Morales, primer presidente indígena de su país y el segundo de América Latina, después de Benito Juárez, incluyó en su Gabinete cuatro mujeres de diez y seis carteras: Justicia, Desarrollo Económico, Gobierno y Salud. Un 25 por ciento.
Datos duros, realidades que tanto mujeres como hombres debemos pensar al ejercer el voto y decidir si queremos seguir por ese camino. No es posible que en Gómez Palacio no se haya encontrado a una sola mujer capaz de dirigir un área. El mundo ya cambió y quienes ejercen el poder no se han dado cuenta.
Otro ejemplo muy actual. En el estado de Puebla donde recientemente nos enteramos del trato que el gobernador da a las mujeres, un trato vulgar, irrespetuoso e indigno, encontré que, de veinticuatro carteras, sólo la Procuraduría de Justicia está en manos de una mujer. Tristemente esa mujer se doblegó ante el poder autoritario de un gobernador, en lugar de haber respetado las leyes y puesto en su lugar a su “precioso” jefe.
No conozco el pensamiento respecto a este tema de los candidatos que hoy contienden a la Presidencia, entre ellos una mujer, pero sería bueno que dieran a conocer sus ideas y planes para asegurar la igualdad de oportunidades y la perspectiva de género en sus Gobiernos. Es lo mínimo que pueden hacer para el 50 por ciento de los votantes y para el otro 50 por ciento también.
Se trata de avanzar en una mayor equidad entre géneros, de educarnos más tanto hombres como mujeres para establecer relaciones respetuosas entre ambos, integrar Gobiernos donde la paridad sea un hecho, no promesas. Seguramente se tomarían mejores decisiones de Gobierno. Y se emprenderían acciones enriquecidas con las visiones y las ideas de hombres y de mujeres. Estoy segura que tendríamos un país mejor.
garzara1@prodigy.net.mx