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Las laguneras opinan.../Riesgos

Rosario Ramos Salas

Faltan menos de dos meses para la elección federal, tanto de presidente de la República como del Congreso y todavía hay muchos votantes indecisos y confusos. Las campañas han sido largas, tediosas, irrespetuosas y de contenido casi nada.

Las encuestas muestran que la de julio será una elección muy competida, que el final será de fotografía, que los días posteriores al dos de julio serán clave para el futuro del país y se habla de los riesgos que un resultado cerrado pueden ser de conflictos y polarizaciones que en nada nos ayudarían.

Analizando los resultados de las últimas elecciones parlamentarias en dos países europeos, Alemania, e Italia encontré que tuvieron desenlaces cerrados y hubo que llevar a cabo negociaciones difíciles y complicadas para definir las victorias. En México no hemos alcanzado lo que en estos países se da con frecuencia, el arte de la coalición entre partidos opuestos para reforzar la gobernabilidad y legitimar a los ganadores.

En el caso de Alemania, el 18 de septiembre del año pasado, se llevaron a cabo las elecciones federales de Parlamento. Los dos principales partidos que contendieron fueron, por un lado, una coalición de derecha de dos partidos, la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana de Bavaria, con Ángela Merkel como candidata y por otro el Partido Social Demócrata de centro izquierda con el presidente Schröder que buscaba la reelección.

Los resultados de las encuestas arrojaban que la victoria de Merkel sería holgada, pero en algún momento de la campaña, Merkel perdió piso y en las elecciones, la primera mujer nominada por uno de los partidos más grandes del país logró apenas ganar por un punto y cuatro asientos más que el partido opositor, en el Parlamento. Como era de esperarse ambos candidatos reclamaron el triunfo y posteriormente tuvieron que ponerse a trabajar en las negociaciones para formar el Gobierno y sacar una coalición. Tuvo que pasar un mes para que finalmente Merkel se quedara a la cabeza de una coalición como canciller.

En Italia, hubo elecciones el nueve de abril pasado y se enfrentaron, por la izquierda Romano Prodi y por la derecha Silvio Berlusconi, que buscaba reelegirse. La victoria de Prodi estuvo tan cerrada 49.8 contra 49.7 que Berlusconi tardó más de dos semanas en reconocer su derrota.

Tanto en Alemania como en Italia las negociaciones y la coalición fueron claves para sacar adelante gobiernos que enfrenten los retos de los años por venir. En ambos casos lo que privó fue el ánimo de ver por el desarrollo y bienestar de sus países y no por los intereses personales como muchas veces sucede en México, cuando tanto gobernantes como políticos y candidatos no ven más allá de sus narices. Ejemplos hay muchos, la falta de reformas durante el presente sexenio hizo clara la poca habilidad de Vicente Fox para negociar con los partidos y sacar adelante las reformas que tanta falta hacen. O basta asomarnos a las campañas, donde lo que prevalece es el encono, la mezquindad y enfrentamientos, a falta de análisis y propuestas sobre las reformas que necesita México para crecer. Las campañas se han caracterizado por el oportunismo de sus participantes. Todos buscan salvarse, bueno hasta Marcos quiere sacar partido. No se vale.

Preguntémonos, ¿qué pasaría si para el 20 de julio no tenemos todavía ganador? ¿Tienen los partidos y el IFE previsto ese posible escenario? ¿Qué tan dispuesto está el presidente Fox a reconocer la victoria, si uno de los candidatos distinto al de su partido, gana la elección? Los partidos políticos mexicanos ¿están preparados para negociar coaliciones y concertar? ¿Qué va a pasar si los tres partidos que van adelante en las encuestas llegan con un triple empate? Si no se establece un ambiente de negociación y de acuerdos las cosas se pueden complicar.

Por otro lado, veamos dos casos en América Latina. En Chile un país al que mucho tenemos que aprenderle tuvo, también el año pasado elecciones Su sistema requiere de segunda vuelta para la elección de presidente, si ningún candidato logra el 50 por ciento mas uno en la primera.

El 11 de diciembre de 2005 Michelle Bachelet de la Concertación de Partidos por la Democracia no logró la mayoría absoluta, a pesar de que las encuestas la habían situado por encima de Sebastián Piñeiro candidato de centro derecha del partido Renacimiento Nacional y de Joaquín Lavín, también de la derecha, de Alianza por Chile, por lo que hubo de convocarse a segunda vuelta.

Para la segunda vuelta, las encuestas daban una ventaja de cinco por ciento a Bachelet y coincidían en que la elección estaría cerrada. Esta se realizó el 15 de enero de este año y los resultados dieron la victoria a Bachelet con un 53.49 por ciento contra 46.50 por ciento de Piñeira. Siete puntos de diferencia. Este último reconoció en la noche del día de la elección, su derrota con el 97 por ciento de los votos contados, lo que permitió que Bachelet pudiera formar su gabinete sin mayor problema.

En Perú, donde también existe segunda vuelta, recientemente tuvieron lugar elecciones federales. El nueve de abril Ollanta Humala, un nacionalista de centro izquierda del partido Unión por el Perú logró apenas un 30.62 por ciento sobre Alan García su mas cercano competidor de APRA con un 24.32 por ciento y Lourdes Flores de Unidad Nacional con un 24.03. La segunda vuelta está por realizarse pero lo que está en juego es una polarización entre modernidad y pobreza.

Desde mi punto de vista, la conclusión es que si el dos de julio se da, entre los tres principales contendientes un final cerrado, pudiera estar en riesgo la elección, podrían provocarse alzamientos y disturbios a la manera de Atenco y se cuestionaría la legitimidad de quien pretenda gobernar con menos del 40 por ciento de votos a favor. Estaría gobernando con el apoyo de cuatro de cada diez mexicanos, lo que estaría en peligro la gobernabilidad del país.

Por ello como ciudadanos tenemos primero que informarnos bien cuáles son las propuestas de cada candidato, sus perfiles, la gente que tienen a su alrededor, todo lo que nos ayude a razonar nuestro voto. Una vez sufragado el voto, instar a que nuestros políticos se pongan de acuerdo, y no arriesguen el futuro del país. Todavía estamos a tiempo.

Correo electrónico:

garzara1@prodigy.net.mx

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