Está uno en el restaurante bar, tomando unas copas con los amigos y todo va muy bien hasta que llega el momento en que hay qué pedir la cuenta? y deje usted que haya qué pedirla, eso como quiera: ¡También hay qué pagarla!
Entonces se da uno cuenta de que no había caído en la cuenta de cuánta cerveza se había ingerido. Y es mejor repartir la cuenta porque a uno le gustan las cuentas claras y el chocolate espeso, en donde el chocolate espeso viene siendo más bien el chocolate oscuro que es cuando está más amargo, como le gusta a mucha gente.
También hay que tomar en cuenta que cuentas claras conservan amistades, entonces que cada quien se ?baje? con la cantidad que le corresponde para que luego no salgan con las cuentas del gran capitán, que es como se dice cuando se hacen cuentas mañosas o amañadas para sacarle a usted una lana mayor a la que le corresponde.
A veces está también uno en el restaurant bar y de pronto se da cuenta de que no cuenta con vehículo en qué moverse porque la señora chocó su camioneta y le quitó a usted el ?patas-de-hule? porque tenía que ir a un almuerzo con las amigas y algunas de ellas tenían cuentas que le debían pagar.
Un pájaro de cuenta es un pez gordo, un tipo de ésos que sin elementos probatorios se sabe que es el principal, el directo responsable intelectual de algún ajuste de cuentas y el tipo ni se da cuenta cuando se lo descuentan y después ya no vive ni para dar cuenta de ello.
Como el boxeador que visita la lona y entonces viene el réferi y le cuenta hasta diez cuando el tipo ?ya ni en cuenta? porque haga usted de cuenta que está muerto.
Haciendo un juego de palabras con las cuentas y el tiempo, Don Miguel de Guevara, un fraile que vivió hace como 400 años, hizo un hermoso soneto, que tal vez usted tendrá que releer varias veces si de veras quiere darse cuenta de lo que dice y del verdadero sentido que tiene:
LA CUENTA
Fr. Miguel de Guevara
1585-1646
Pídeme de mí mismo el tiempo cuenta,
si a darla voy, la cuenta pide tiempo;
que quien gastó sin cuenta tanto tiempo,
¿cómo dará, sin tiempo, tanta cuenta?
Pedir no quiere el tiempo tiempo en cuenta
porque la cuenta no se hizo en tiempo;
que el tiempo recibiera en cuenta tiempo,
si en la cuenta del tiempo hubiera cuenta.
¿Qué cuenta ha de bastar a tanto tiempo?,
¿Qué tiempo ha de bastar a tanta cuenta?;
que quien sin cuenta vive, está sin tiempo.
Estoy sin tener tiempo y sin dar cuenta,
sabiendo que he de dar cuenta del tiempo
y ha de llegar el tiempo de la cuenta.
POR SI LAS DUDAS
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Aram Esli Aguilar Reyes, estudiante de leyes nos envía una extensa y amable carta, destacando la importancia que tiene saber usar la palabra precisa en el momento oportuno. Nos parece muy interesante su comentario y se lo agradecemos.
FRASE LOCA, DE REMATE
Recuerda siempre que eres único, exactamente igual que todos los demás. ¿Cómo dijo? ¡Hasta mañana!
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