Las vacaciones constituyen generalmente un período ansiado por chicos y grandes, sin embargo, a los cuantos días de haberse suspendido la rutina diaria, en el ánimo de muchas madres y padres de familia empieza a dejarse sentir una especie de añoranza de la época escolar, con aquel famoso: “Que ya regresen a clases”.
Y es que efectivamente a causa de coincidencias como pudieran serlo, una casa o departamento pequeño y sin jardín, la época lluviosa que en nuestra patria coincide con este periodo vacacional, la crisis económica que hace prohibitivos muchos planes turísticos, sobre todo de destino de playa; pero por encima de ello: la poca imaginación o preparación con que queremos muchos padres de familia sobrellevar el fenómeno vacacional, éste en muchos casos acaba siendo contraproducente.
Así en vez de convertirse en un excelente medio para cambiar de actividad y con ello lograr el ocio constructivo y el reposo necesario, a la vez que el crecimiento educativo para toda la familia, puede tornarse en una especie de pesadilla de la que se espera terminar lo antes posible ya sea deshaciéndonos de los hijos de la mejor manera posible o bien creando un clima de tensión constante entre padres e hijos, haciendo con ello una verdadera tormenta el periodo vacacional.
Por ello conviene lanzar unas cuantas ideas, de manera que las vacaciones cumplan su objetivo de descanso creativo, de unión familiar y de apoyo a esa labor educativa que corresponde prioritariamente a los padres de familia, respecto de sus hijos y que por lo mismo no puede ser delegada en ninguna otra instancia, llámese escuela, club social, deportivo o cultural, campo de verano, etcétera, etcétera.
Una primera idea va en la línea de planear con tiempo esta etapa importante del año, poniéndose de acuerdo padre y madre con los hijos, respecto de posibles planes apetecibles a ser llevados a cabo, como pudieran ser algún viaje con su correspondiente itinerario, el cual, al ser planeado con tiempo conlleva la ventaja de que puede convertirse en medio de convivencia familiar muy eficaz, no sólo en lo que a su desarrollo se refiere, sino sobre todo, en lo que a la preparación, con la ilusión correspondiente que eso lleva consigo.
Se me podrá insistir en el argumento que en los momentos presentes el tema vacacional se torna difícil de resolver en razón del recurrente problema económico y que hace que para muchas familias resulte imposible la vacación fuera de la ciudad natal.
Para ello el consejo pudiera ir en la línea de buscar en la propia ciudad o incluso en la propia casa, actividades que resulten atractivas, para realizar una intensa vida de familia que acabe resultando divertida para todos sus componentes, lo cual no es tan difícil como se piensa siempre y cuando se le ponga inteligencia e imaginación a dicha planeación.
Otra idea posible dentro de esa preparación de las vacaciones es el de fijar un plan básico de actividades diarias que incluya horario de levantarse y acostarse, de alimentos, de lecturas recreativas, tiempo fijado para ver televisión, para juegos y esparcimientos. Y es que la vacación implica descanso, pero sujeto a un orden.