El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- Latin Lover se resistió un rato, pero al final descendió del escenario para dejarse tocar por las adolescentes histéricas que gritaban enloquecidas por sus musculosos pectorales. Trataban de tocar aunque fuera uno de sus brazos, que les salpicara un poco de su sudor o en el más desesperado de los casos, jalarle los pantalones, muy probablemente con la ilusión de que eso bastaría para cumplirles su deseo.
El luchador acudió a la Plaza de las Estrellas para develar la huella de sus manos. El director artístico de la plaza, Eduardo Narváez, lo animaba desde el micrófono: ?Latin, te veo muy tapadito ¿tienes frío o qué? Andale, bailanos?.
Entonces Latin se quitó la chamarra, amagó con desabrochar su pantalón y bailó. Entonces las adolescentes cayeron fulminadas por sus encantos. Le pidieron a gritos que se bajara y Latin bajó.
Cuando finalmente logró saciar los deseos de sus seguidoras, subió al escenario para develar la placa y defenderse de las declaraciones de El Burro Van Rankin, quien criticó su trabajo como conductor en el programa Muévete.
?Hoy en la mañana hablé con él y aclaramos todo. Incluso grabamos un comercial juntos y yo le reiteré que no puedo hablar mal de alguien que no conozco?.
Los elementos de seguridad de la Plaza de las Estrellas se vieron rebasados por la fuerza de más de 50 mujeres -de todas las edades-, que sin importarles las acciones de los primeros, hicieron todo lo posible por saludar al luchador. Descartó que debido a la fama que ahora goza, vaya a contratar a agentes de seguridad privada, ya que ?soy luchador y sé defenderme, además de que no tengo miedo?, afirmó.
Además, resaltó que con tanto trabajo ha tenido que disminuir de cinco a tres comidas diarias y tomar complementos alimenticios que le restauren sus energías, para emplearlas en su tiempo libre y cuidar a sus hijos y esposa. El atlético cuerpo de Latin Lover arrancó el grito del público femenino presente, que en todo momento le expresó piropos como ?Latin, hazme un hijo? y ?Papasito?, entre otros.
En medio del tumulto, el primer actor Manuel Ojeda se abrió paso para subir al escenario y también develar sus huellas. Nadie gritó. El público dejó de comportarse como si hubiera perdido la razón y Ojeda no tuvo que bajar a apaciguar gritos histéricos.
En ese momento, Latin Lover salió de la plaza. Otro tumulto similar lo esperaba en la puerta para gritarle, entre otras cosas, que querían un hijo suyo. Finalmente subió a su auto deportivo y se fue a toda prisa: le urgía llegar con su esposa y con su hijo, quienes en los últimos tiempos le han reclamado que casi no les dedica tiempo.