CELEBRACIÓN| LAS ESTRELLAS RECUERDAN SUS AÑOS EN LA ESCUELA.
Famosos reviven las enseñanzas que les dejaron sus "profes".
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Desde los estrictos, exigentes y regañones, hasta los comprensivos, amables y tolerantes... todos siempre les han dejado alguna enseñanza a sus alumnos.
Prueba de esto son algunos famosos como Facundo, quien aprendió de su maestro de física que entre más divertido enseñe, mejor será la clase; o como Raquel Bigorra, que gracias a su ?profe? de español supo que literatura era lo que quería estudiar.
Mañana se celebra el Día del Maestro y algunos artistas recuerdan sus experiencias como alumnos.
La respetuosa
Para Mariana Garza los maestros son profesionistas que merecen todo el respeto y dice que siempre aprendió mucho de cada uno.
Aunque había profesores que le caían bien y otros no tanto, la ex Timbiriche tiene en su mente a uno en especial: ?En la secundaria me acuerdo muy bien de un maestro que se llama Calixto, él era muy estricto y me daba química y esa no es de mis materias favoritas, junto con física y matemáticas; pero además de ser estricto, era muy buen amigo y muy chistoso?.
Alumno problema
Cualquier maestro, sin importar el sexo o la edad, significa un recuerdo muy especial para Omar Chaparro, pues considera que de ellos se puede aprender mucho: ?Hay cosas que se quedan grabadas por el resto de nuestras vidas y que después te sirven profesionalmente?.
Chaparro se confiesa como un alumno muy travieso, que a veces les daba dolores de cabeza a sus tutores: ?Yo era un chavo muy inquieto, muy hiperactivo y sí llegaba a veces a desesperar a los maestros, pero también les caía bien, los hacía reír y no me sacaban de la clase?.
El rebelde
Al entrar al salón, lo primero que le decía la maestra de química a Facundo era que se fuera de su clase, porque no era bienvenido. A pesar de eso, el conductor de Incógnito le echaba ganas y estudiaba para pasar sus exámenes extraordinarios. Y es que aunque acepta que sí hizo sufrir a la mayoría de sus profesores, tiene muy buenos recuerdos de ellos, en especial del de física.
?Era muy bueno, nos llevaba a Reino Aventura a hacer pruebas de física y nos llevaba a la pista de hielo, pero como nadie le hacía caso y la mayoría hacía desma... se enojó y nos dijo que había dos tipos de examen: el de fórmulas y el de repaso de todo lo que habíamos visto, la mayoría escogió el de las fórmulas porque llevaba su acordeón y sólo dos amigos y yo escogimos el de pensar; a nosotros nos dio un papelito que decía ?si le das un pescado a un hombre comerá por un día, si le enseñas a pescar comerá toda la vida... tienen diez, pueden salir?. Fue un gran maestro porque su clase estaba muy chida, aprendí de él que cuando aprendes las cosas de manera interesante te las memorizas?.
De todo un poco
Myriam dice que tuvo diferentes etapas como alumna, pues cuando entró al kinder era muy llorona y nunca se quería quedar ahí, en la primaria ya era muy aplicada y en la secundaria era la del ?despapaye?.
Les daba dolores a los profesores cuando se iba de pinta, pero siempre fue muy respetuosa con ellos. Recuerda a uno en especial: ?Eusebio Lozano fue mi maestro de canto en Monterrey, de quien aprendí muchas cosas, entre ellas me hizo crecer como ser humano y me enseñó a luchar, pues tuvo una enfermedad y luchó contra ella?. Por supuesto, tampoco olvida a sus queridos maestros de La Academia.
Confiesa que antes quería estudiar para ser maestra, incluso dice que le gustaría poner una guardería y de vez en cuando estar con los pequeños, pues le gustan muchos los niños.
La consentida
En la escuela, Raquel Bigorra era más buena que un pan. Le gustaba mucho y sacaba muy buenas calificaciones, sobretodo en lo que era letras, pero siempre andaba metida en declamación, obras de teatro y demás. Por eso, era de las consentidas de los maestros.
Dice que si estudió literatura, se debió al buen ejemplo que le dieron sus mentores de español en la primaria: ?Cuando tienes un maestro que admiras, al rato te contagia de ese gusto por la materia que te imparte; yo creo que tenemos dos patrones, en casa y en la escuela, y siempre queremos seguir el ejemplo?.
Presume de que en su país natal, ?la educación es de alto nivel, como que hay mucho respeto para el maestro, hay que quererlo y respetarlo, con esa pasión me formé en Cuba?.
La tremenda
Antes de que Ilse contestara, su hijo se adelantó: ?Los maestros son los que te molestan y te hacen sufrir?. Y es que, aclara, su pequeño va a un colegio donde son muy estrictos.
La ex crítica de La Academia revela que en primaria era tremenda, pero ya en secundaria le ?cayó el 20? y ya en prepa se mejoró, quizás porque entendió que es mucha la labor de un maestro, para lo poco que reciben: ?Es una absoluta injusticia y ridiculez, si es que queremos sacar a los países adelante?, por ello pidió que les paguen más.
Recuerda que tuvo unos maestros muy buenos y apasionados de su tema: ?Miss Celia era una maestra de ciencias naturales y con ella aprendí muy bien porque era muy buena, pues le fascinaba su materia?. Así como a ella, también admira a sus ?profes? de español y de filosofía.
La platicadora
Cuando estaba en secundaria, los maestros de química la pasaban para que cantara y así fue que aprobaba las materias.
Laura Flores recuerda que era muy platicadora en clases y dice que a cada rato la estaban callando sus maestros, no obstante se ganaba mucho el cariño de todos ellos.
Por todos siente un gran respeto y cariño, pero en especial recuerda a su ?profe? de historia, Benjamín: ?Tenía una cultura impresionante y estaba muy preparado, y eso admiraba mucho de él?.