Un duro revés sufrió la reforma migratoria en el Senado de Estados Unidos, al fracasar los partidarios de la medida que legalizaría a más de 11 millones de inmigrantes. En contraparte avanzó la propuesta de Bill Frist, Chuck Hagel y Mel Martínez, que limita la ciudadanía norteamericana a siete millones de personas.
En una votación fraccionada en el pleno del Senado, los promotores de la reforma sólo lograron conjuntar 39 votos de los 60 necesarios, conforme los republicanos votaron en bloque contra la iniciativa y lograron incluso sumar a al menos un demócrata.
La propuesta de legalizar a siete millones de personas fue considerada por el Gobierno de México como un paso importante. A través de un comunicado, la Cancillería mexicana dijo que esta iniciativa avanza hacia nuevos mecanismos que permiten una migración legal, segura, ordenada y respetuosa de los derechos humanos entre México y Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente del Senado en México, Enrique Jackson Ramírez, consideró una verdadera desgracia, en todos sentidos la resolución tomada por el Poder Legislativo estadounidense. En este contexto se estima que más de diez millones de connacionales viven en Estados Unidos, la mitad de ellos sin documentos en regla.
Es tal su aporte a la economía que los mexicanos residentes en el exterior enviaron en 2005 remesas al país por 20 mil millones de dólares, lo que representó la segunda fuente de divisas para México, por detrás de la venta de crudo, pero por delante del turismo y la inversión extranjera.
Es necesario llegar a una solución de fondo ya que el tema de la migración se torna explosivo por haberse eludido durante décadas, dejando en el desamparo a enormes grupos de la población, tanto en Estados Unidos como México.
