Durango

?Limosnero y con garrote?

En ningún trabajo formal les pagarían lo que ganan ahí, reconocen algunos ?necesitados?

El Siglo de Durango

Es rentable la práctica de permanecer en las calles pidiendo limosna y mantenerse de esa manera; ser empleado asalariado queda descartado, según lo pudo constatar esta casa editorial en un recorrido realizado por algunas calles del Centro de la ciudad, en el cual se pudo conversar con algunos mendigos.

Este matutino realizó un recorrido por las principales calles de la ciudad, encontrando que cada vez son más personas las que se dedican a esta actividad; incluso, los rostros cambian de acuerdo con los días de la semana.

Personas de edades variadas, jóvenes, adultos y ancianos, así como discapacitados han encontrado en la actividad de limosnero un sustento y una solvencia económica para ellos y sus familias.

Salvador García Alanís tiene 42 años, es discapacitado y de él dependen sus padres, por lo que diariamente se instala en uno de los cruceros más transitados de 9:00 de la mañana a las 16:00 horas; mientras esquiva a los carros en su silla de ruedas, va pidiendo una cooperación, por lo que algunos conductores atienden su petición mientras la luz roja o el tráfico lo permiten.

Cuando se le cuestiona si no considera que es demasiado exponer su integridad física por unas monedas, Salvador sostiene que de eso vive y que tiene que mantener a sus padres; posteriormente se le pregunta el porqué no desarrollar otra actividad u ocuparse en otro trabajo; inmediatamente señala que en ningún trabajo le pagarían lo que gana ahí.

De lo anterior se le cuestiona la cantidad aproximada que recibe diariamente, ante lo que Salvador trata de evadir la pregunta y dice: ?Ahorita saco para mal comer no?más?; sin embargo, dijo pagar servicio de taxi de 50 pesos de su casa a ese crucero y del crucero a su caso otros 50 pesos más.

Además, agregó: ?Yo ya me independicé, ya no regreso a ninguna asociación porque ahí me quitan casi todo, no me dejan nada; por ejemplo, de 800 pesos me dejaban 150 pesos?, comentó.

También se le preguntó sobre la decisión de permanecer en ese lugar en vez de recibir ayuda de algunas dependencias de Gobierno, a lo que respondió: ?Yo, la verdad, estoy muy a gusto, no me quiero encerrar con nadie, yo no quiero que me metan al DIF... se los digo luego luego... pero si me quitan me tienen que dar mil pesos cada ocho días y una despensa, pero me lo tienen que asegurar?, manifestó.

Mujeres cubiertas por sus rebozos, mostrando sólo parte de la cabeza y de la mano de entre la tela que las cobija, piden dinero sin siquiera emitir palabra o sostener la mirada a sus favorecedores.

Otros casos son adultos acompañados de pequeños que buscan causar compasión a los transeúntes que van por la calle; otra acción es exponer heridas a la vista, recetas, o resaltar a la vista algún tipo de discapacidad. Los casos en esta capital son diversos, tal vez algunos reales, otros fingidos, pero, sin duda alguna, pedir limosna es una actividad económica redituable.

Características de algunas personas que piden limosna en el primer cuadro de la ciudad:

-Personas con algún tipo de discapacidad (ceguera, debilidad visual y en sillas de ruedas).

-Ancianos (hombres y mujeres).

-Mujeres maduras.

-Adultos acompañados de niños.

-Personas que sufren enfermedades (como epilepsia).

-Indígenas.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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