Agencias
MADRID, ESPAÑA.- Los príncipes de Asturias presentaron ayer a su primogénita, la infanta Leonor, a la Virgen de Nuestra Señora de Atocha, protectora de la familia real española desde el Siglo XVII.
Recibidos con aplausos por los vecinos, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz llevando en brazos a su pequeña Leonor, llegaron a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha y fueron recibidos por el arzobispo de Madrid, Monseñor Antonio María Rouco Varela, quien también los despidió al final de la ceremonia.
Vestida con un faldón blanco, la infanta Leonor, una saludable bebita rubia de siete meses, de enormes ojos azules, rozagante y mofletuda, parecía no perderse detalle de la breve ceremonia, mirando hacia todos lados con una infatigable curiosidad.
Tras unos cánticos litúrgicos y algunas palabras del cardenal Rouco Varela, sus padres la acercaron hacia la Virgen de Atocha, una imagen bizantina tallada en madera de 79 centímetros de alto que data de entre 1390 y 1420 y que para esta ocasión estaba cubierta con un manto rojo.
La pequeña Virgen lleva una diadema simple en la cabeza y sujeta al niño Jesús con la mano izquierda. Con la derecha, sostiene una manzana, como símbolo de redención.
La pequeña Leonor, nacida el 31 de octubre de 2005 por cesárea en una clínica madrileña y bautizada el 14 de enero en el Palacio de La Zarzuela como Leonor de Todos los Santos, es la segunda en la sucesión al trono después de su padre.
Varios cientos de vecinos, algunos de ellos desde sus balcones, aguardaron la llegada de los príncipes de Asturias a la Basílica, ubicada muy cerca de la estación de trenes de Atocha y de la avenida Alfonso XII, que bordea el madrileño Parque del Retiro, aunque sólo los vieron unos minutos a la llegada y salida del templo.
Tras la ceremonia, que duró unos 15 minutos, los príncipes salieron de la Basílica. Esta vez era el padre quien llevaba a la niña en brazos.
Con esta ceremonia, Felipe de Borbón, tercer y único hijo varón de los reyes de España, y su esposa, Letizia Ortiz, cumplen con la tradición de la familia real de presentar a los recién nacidos a la Virgen de Atocha, de quien es devota desde 1643 por decisión del rey Felipe IV.
Ante ella fueron presentados los tres hijos de los reyes de España: la infanta Elena en 1963, la infanta Cristina en 1965 y en 1968 el príncipe Felipe.
A Nuestra Señora de Atocha entregó la princesa de Asturias su ramo de novia el 22 de mayo de 2004, tras contraer matrimonio con el príncipe Felipe.
Al cabo de la ceremonia, los príncipes de Asturias y la infanta Leonor posaron para las decenas de fotógrafos allí apostados en la quinta aparición pública de la niña desde su nacimiento, mientras las campanas de la Basílica tañeron para marcar tan simbólica presentación ante la protectora de la familia real.