EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- En esta localidad existen personas como Teresita de 50 años, quien toda su vida a deseado la pavimentación de la calle donde vive, pero este servicio no llega.
Su humilde vivienda se localiza en la colonia Insurgentes, donde faltan muchos servicios públicos como el drenaje y la pavimentación.
Ella dice que ya se ha acostumbrado a vivir entre la tierra o lodo, cuando llueve pero cada que llega un presidente nuevo, manifiesta que nuevamente la esperanza vuelve a surgir.
?Es que uno siempre anda de inocente, pues vienen los candidatos y nos prometen tantas cosas que uno se las cree y para qué, si nunca cumplen?, señala.
La señora comenta que desde que estaba chica ha vivido en las condiciones actuales: en una calle que está desnivelada por la falta de asfalto que propicia las inundaciones.
Recuerda que hace muchos años, fue tanta la lluvia que cayó durante varios días que toda el agua se metió a su casa y provocó el deterioro de sus muebles. ?Todo se hechó a perder, la madera de los muebles se desprendió y una plancha que tenía en el suelo se me descompuso?.
Ella ya está resignada y asegura que la ayuda nunca les va a llegar: ?Son puras mentiras las de los candidatos, mejor hay que esperan a ver qué sucede pero sin desear tanto algo, pues ya uno está cansado de soñar?.
La mayoría de las calles de esta colonia tienen el aspecto de un rancho, pero las familias que aquí habitan parecen estar acostumbradas a vivir así.
?Qué hacemos, nada, ahora si que estamos como con las manos atadas y nada más estamos a la expectativa de la buena voluntad de nuestros gobernantes?, manifestó.
Teresita afirma que en esta colonia hacen falta muchas cosas como una cancha y muchas áreas verdes.
CARACTERÍSTICAS
La situación de la colonia Insurgentes es la siguiente:
· *La mayoría de las calles no están pavimentadas y su superficie es de tierra.
· *Hay zonas en donde se estanca el agua por falta de nivelación de las calles.
· *Existen muchos terrenos baldíos.
· En algunas calles reina la oscuridad.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón