Salvador Peraza dejó embarrada en los barrotes del Tribunal Electoral su frustración por el triunfo de Felipe Calderón.
Al igual que decenas de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, el joven de Nayarit rompió en llanto cuando uno de los oradores del mitin perredista anunció que el ?fraude se había consumado?.
Parado con dificultad sobre una valla y abrazado a los barrotes que protegen el Tribunal, Salvador lloró por más de una hora y mantuvo su mano izquierda con los dedos en ?V?.
?Es que me acuerdo de la miseria de mi tierra y de cómo los ricos se van a seguir haciendo de dinero porque no ganó López Obrador?, dijo desde arriba, sin soltar su gorra con el logotipo del PRD.
Abajo, Mariana Ojeda sostenía un rosario y rezaba para que a los magistrados los ?iluminara? Dios, aunque ya estaba claro que no iban a reconocer el triunfo del tabasqueño.
Enojada, Mariana escuchaba los argumentos de la magistrada Alfonsina Navarro, respecto a que el Tribunal resolvía conforme a hechos concretos y no quimeras.
?¡Por eso al diablo con las instituciones, al diablo con este Tribunal!?, expresó con los ojos rosados luego que se reconociera la elegibilidad de Calderón.
A unos pasos de ella, Teresa Moscoso, del grupo de Salina Cruz, Oaxaca, que se mantiene en plantón en el Zócalo, lloraba también.
De sus ojos verdes brotaban copiosamente las lágrimas por la derrota de su candidato.
También Rosa Alcántara ocultaba sus lágrimas con unos anteojos de sol en un día nublado. También de Oaxaca, dijo que su llanto no era señal de debilidad ni de cansancio, sino de tanta impotencia.
Del llanto, los perredistas pasaron a la rabia cuando acabó la sesión del Tribunal. Una vez que les confirmaron que habían declarado presidente electo a Calderón, los perredistas se abalanzaron sobre los barrotes para gritarle ?fraude, fraude? a los panistas que iban de salida y ?rateros, rateros? a los magistrados electorales.
