Un gendarme argentino robó un beso a una chica de 16 años y al denunciarlo, lo exculparon tras considerar que no hubo intención impúdica, sino que lo hizo por amor.
EFE
Buenos Aires.- Un gendarme argentino besó a la fuerza a una adolescente, quien lo denunció por abuso, pero la Justicia lo exculpó tras considerar que estaba enamorado de la chica, informaron fuentes judiciales.
La Cámara del Crimen determinó que el efectivo de la policía fronteriza no tuvo "una intención vinculada a un deseo sexual o impúdico" al robarle un beso a la denunciante, de 16 años.
El hecho en cuestión sucedió en Buenos Aires en febrero pasado, cuando el gendarme se ofreció a acompañar a la joven hasta su casa junto a un compañero de la fuerza de seguridad.
En un momento, el efectivo le pidió a su compañero que se retirara, tomó el rostro de la adolescente y la besó en la boca, tras lo cual la chica decidió denunciarle por abuso sexual.
Casi como el libreto de un culebrón, el expediente contiene, entre otros elementos, mensajes de correo electrónico que el gendarme envió a la joven: "Te amo con todo mi corazón, parecería como si no alcanzara para vos el amor que yo siento por vos". "Te extraño muchísimo y me mantiene aquel beso que te di".
Los jueces entendieron que un beso a la fuerza no puede ser condenado como delito de abuso si no tiene "una intención vinculada a un deseo sexual o impúdico".
El fallo concluye que, a partir del contenido de los correos electrónicos, el beso en cuestión "carece del contenido sexual que la figura penal en estudio exige".
"Y ello es así, no sólo por el amor que el acusado dice sentir por la damnificada, puesto que aún el amor es entendido, entre otras cosas, como un sentimiento vinculado a la esfera de lo sexual, sino porque del contenido total de estos mensajes, mediante los cuales ese sentimiento es expresado por el imputado, no se deriva ninguna significación de carácter sexual o impúdica", dijeron los jueces.
El fallo, citado por la agencia estatal Télam, incluso alude a la definición de "besar" dada por la Real Academia de la Lengua Española: "Tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia".
