Critica | El tricolor es un partido mañoso y podrido, asegura el perredista
Propone construir un tren rápido que comunique a la Ciudad de México con la frontera entre México y Texas
El Siglo de Torreón
SALTILLO, Coah.- Andrés Manuel López Obrador (AMLO), encontró la frase precisa para sacudirse su anterior filiación partidista y de paso, la de quienes en los últimos meses se han sumado a su estrategia para convertirse en presidente de México: ?lo priista se quita con los años, pero quienes aún siguen ahí, a las cúpulas, lo corrupto y lo ladrón jamás se les va a quitar?, aseguró en breve entrevista, a bordo de su camioneta, durante una gira de proselitismo por Saltillo.
De hecho, se refirió al PRI, donde militó durante años, como ?un partido mañoso y podrido?.
Antes, en su discurso ante miles de simpatizantes que abarrotaron la Plaza de Armas de la ciudad de Saltillo, el candidato presidencial de la Alianza por el Bien de Todos, que integran los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Del Trabajo (PT) y Convergencia llamó ?a los priistas de abajo? y a los panistas ?de base? a sumarse a su proyecto, ?porque ellos están igual de amolados que el pueblo de México?.
Frente al público eufórico que no dejó de ondear las banderas amarillas del PRD, las rojas del PT y las color naranja de Convergencia, López Obrador firmó desde el templete montado a un costado de Palacio de Gobierno, sus compromisos de trabajo con los coahuilenses.
El documento comprende 31 acciones que ?para empezar? hará en Coahuila ?una vez que consigamos consolidar este proyecto presidencial?. Entre las promesas más relevantes -al menos la que causó mayor revuelo entre los asistentes- está la de construir un tren rápido que comunique a la Ciudad de México con la frontera entre México y Texas.
?Pondremos en funcionamiento un ferrocarril moderno o un ?tren bala? desde la capital del país hasta la frontera con Estados Unidos, que cruzará a lo largo de 179 kilómetros el territorio de Coahuila, con estación en Saltillo. Esta obra generará muchos empleos?, ofreció.
Dijo que como presidente reduciría los precios de la energía eléctrica, del gas y de las gasolinas y prometió no incrementar los impuestos, ni aplicar el IVA (Impuesto al Valor Agregado) a medicinas y alimentos.
Anticipó que reduciría su sueldo en un 50 por ciento y retiraría la pensión vitalicia de la que gozan los ex presidentes. ?No es posible que a Salinas de Gortari se le paguen actualmente más de 150 mil pesos mensuales, además de viáticos y de otras percepciones?.
Dijo que su Administración sería austera ?pues no se vale aquello del Gobierno rico y del pueblo pobre?.
Advirtió que con este renglón de ahorros el Gobierno Federal tendrá cada año dos mil millones de pesos que le permitirían cumplir con sus compromisos de campaña.
En La Laguna ofreció reactivar el campo ?pues ese fue el legado de don Lázaro Cárdenas del Río? y aseguró que no está en contra de los empresarios que luchan a diario por la productividad y el desarrollo, pero sí de aquéllos ?traficantes de influencias, corruptos y ladrones?.
Dijo que su Gobierno incrementaría la participación y facultades del Ejército Mexicano en el combate al narcotráfico y ?no permitiremos que se asocie la delincuencia con la autoridad. No protegeremos a una banda ?delictiva- y protegeremos a otra, sino que aplicaremos la Ley por parejo?.
Ofreció entregar en Coahuila 126 mil microcréditos para fomentar el autoempleo, ?entregaremos de manera gratuita 600 mil paquetes de útiles escolares? y habría 13 mil becas en efectivo de 730 pesos mensuales para todos los discapacitados pobres que hay en el estado.
?Entregaremos una pensión alimentaria de 730 pesos mensuales a todos los adultos mayores del estado de Coahuila, es decir, reconoceremos el trabajo y el esfuerzo de 98 mil ancianos respetables?, indicó.
Antes de López Obrador habló el ex secretario de Gobierno en Coahuila, Raúl Sifuentes Guerrero, quien recientemente fue expulsado del PRI al manifestar su respaldo al tabasqueño.
Sin embargo, a Sifuentes no le fue nada bien, pues recibió rechiflas y abucheos de quienes aún lo identifican como priista. De hecho, Sifuentes tuvo que apresurar su discurso ante síntomas de inquietud de los presentes.