Lo que La Volpe dejó

D.F.

La Volpe falló a una de sus promesas, no puvo llevar al Tri al mítico quinto partido, pero cumplió en lo que a la renovación se refiere.

Fueron cuatro años de proceso. Ricardo La Volpe prometió los cuartos de final y falló, no hay disculpa, pero no se puede ignorar que también prometió una renovación, un grupo valioso de jóvenes capaz de jugar de tú a tú a cualquiera con un estilo propio, algo que sin duda consiguió.

MÉXICO, D.F.

EL UNIVERSAL-AEE

Si bien, la Selección Mexicana volvió a tropezar con una piedra que parece eterna, los octavos de final, aunque lo hizo con un cuadro renovado, plagado de realidades que el timonel argentino moldeó hasta convertirlos en hombres confiables.

Desde el sorpresivo debut de Andrés Guardado, un joven de 19 años que se plantó como el más experimentado veterano en el medio campo, hasta la pareja de centrales que encontró en Carlos Salcido y Ricardo Osorio, para acompañar a una figura de la talla de Rafael Márquez.

En el caso de Salcido, éste regresó a ser el zaguero que hace un año maravilló en la Confederaciones, de alguna forma dio lo que se esperaba.

Pero el que en definitiva sorprendió fue Ricardo Osorio, una roca. Seguro, fuerte, veloz, pero sobre todo inexpresivo ante cada entrada, pique o barrida. Osorio está convertido en un señor de la zaga que lo mismo enfría un balón con el pecho, que recorta en medio de los delanteros rivales y sale jugando acertado.

No es todo: Gonzalo Pineda y Mario Méndez cumplieron. Con todo y los regaños que Pineda tiene que tragar de La Volpe, pero es una nueva opción por izquierda.

Es más destacable aún es lo hecho con Mario Méndez y José Antonio Castro, sobre todo éste último, un lateral que parecía descartado en las opciones para jugar un Mundial y ayer terminó como titular junto a Méndez, por que sólo La Volpe podía hacerlos jugar juntos a dos laterales por derecha, compenetrarse enganchados, listos a suplir las carencias uno del otro y a terminar luciendo fuertes en ese flanco.

Arriba también hay novedades. Omar Bravo, qiuen inició con un tubo en la Copa, y Francisco Fonseca, sobre todo Fonseca. Un delantero que suple su falta de técnica con un corazón que no le cabe en el pecho. Kikín corre y corre todo el partido, pero no es todo, cuando está frente al arquero enemigo perdona poco.

Bajo los tres postes mexicanos también entrega buenas cuentas. A Oswaldo Sánchez, considerado el mejor portero de México le siguen dos jóvenes: José de Jesús Corona y un paso atrás Guillermo Ochoa.

Es cierto, La Volpe falló a una de sus promesas, no puvo llevar al Tri al mítico quinto partido, pero cumplió en lo que a la renovación se refiere.

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